La directora de Cucai Tucumán, Natalia Grinblat, comentó que gracias a los donantes "en lo que del año se realizaron 11 ablaciones, mientras que en 2009 sólo se pudieron efectuar ocho hasta diciembre", comentó entusiasmada la médica, que presidió el equipo que efectuó la cirugía.
Se trató de una ablación múltiple, de las que ya se hacen en tres hospitales de Tucumán: Angel C. Padilla, Centro de Salud y del Niño Jesús, y en otros centros asistenciales privados. El donante fue un joven. "El hígado benefició a un paciente del Hospital Británico de Buenos Aires; un riñón y el páncreas fueron destinados a pacientes de un hospital de alta complejidad de Formosa, el otro riñón se destinó a un tucumano y las válvulas del corazón se enviaron a un banco de Buenos Aires. Con las córneas se benefició un paciente de Salta y otro de Buenos Aires", describió la médica. Aclaró que el joven donante había expresado a su familia su voluntad de donar los órganos.
Habían bajado los brazos
"Ya habíamos comenzado a perder las esperanzas cuando nos llegó la noticia", contó a LA GACETA Miguel Ángel Ferrari, el padre de David, de 34 años. "Después de 13 años en lista de espera y viendo que muchos compañeros de diálisis de mi hijo se iban a otras provincias para ver si tenían más suerte que aquí, estábamos muy desalentados", expresó el hombre que vive con su hijo y su esposa en el barrio Alberdi Norte.
"La esclavitud de estar dependiendo de una máquina" -como le llama Ángel a la diálisis- le quitó la juventud a su hijo. "A partir de una bacteria se le desencadenó la enfermedad. No teníamos obra social, pero el Gobierno se hizo cargo del tratamiento y de la diálisis", contó. David trabajaba en un taller mecánico cuando la insuficiencia renal lo obligó a dejar la tarea que tanto le gustaba. Después se inscribió en el Colegio Nacional pero su dolencia le impidió continuar. Vive de una pensión por discapacidad y hasta ayer su vida transitaba entre la diálisis y la cama.
Cuando Miguel Ángel piensa en su hijo se le instala una gran sonrisa, la misma que había perdido hace 13 años.
Fuente: La Gaceta