El equipo, dirigido por Thomas McGugh, presentó los resultados del trabajo el 18 de octubre en un encuentro de la Sociedad para las Neurociencias de Atlanta. Por ingeniería genética, los científicos produjeron ratones sin un receptor encargado de responder a un neurotransmisor clave de la circunvolución dentada, una tira de materia gris ubicada en el hipocampo, zona del cerebro íntimamente vinculada con la formación de la memoria a corto plazo.
“Se sabía hace bastante tiempo que cuando se daña esta región del hipocampo, la memoria a corto plazo se ve comprometida, pero no se entendía demasiado en qué medida cada conexión específica entre las neuronas contribuye a la formación de la memoria en ese circuito”, explicó McHugh, investigador del Picower Institute for Learning and Memory.
Al medir la actividad neuronal de los ratones en estudio, los científicos descubrieron que ciertas neuronas ubicadas en una juntura específica de la circunvolución dentada que recibe información nueva de otras zonas del cerebro ayudan a los animales a reconocer y recordar nuevos entornos.
Según observó el equipo de McHugh, los ratones que no tenían receptores para estos neurotransmisores presentaban dificultades para aprender a gran velocidad una serie de tareas. Las sinapsis producidas en la circunvolución dentada resultaron imprescindibles para el aprendizaje rápido.
“Este avance en la comprensión de cómo funciona el circuito del hipocampo nos da una idea de posibles blancos para combatir con terapia una serie de enfermedades asociadas con déficits de memoria”, manifestó esperanzado McHugh, haciendo referencia al mal de Alzheimer y ciertas lesiones cerebrales que afectan la capacidad de recordar sucesos recientes.