Los porotos son una importante fuente de proteínas, minerales y vitaminas, pero su difícil digestión en el aparato digestivo impide que parte de sus nutrientes sean absorbidos por el organismo. Asimismo, parte de las fibras de los porotos son convertidas en gases al ser liberados por las bacterias del tracto digestivo que las consumen.
Los resultados de la investigación dirigida por Marisela Granito y Glenda Alvarez, recientemente publicados en la revista científica Science of Food and Agriculture, indican que a partir de un proceso fermentativo, llevado a cabo por las bacterias Lactobacillus casei y Lactobacillus plantarum, los porotos se hacen más digeribles y por lo tanto las flatulencias disminuyen.
La reducción de las fibras de los porotos impide que las bacterias del tracto digestivo las digieran en gran cantidad, impidiendo de esta forma la liberación de flatulencias. Asimismo, la fermentación lograda hace más digeribles los nutrientes de uno de los alimentos de mayor consumo mundial.