Pero mientras muchas personas prefieren compartir su música con cualquiera que ande cerca (y mala pata si no gusta la elección del DJ de turno), otros usuarios todavía apelan a los auriculares. Acá es donde viene el problema: a equipos más modernos, aparatos más delgados, y con eso quiere decir menos lugar para enchufar la conexión.
Existen varias soluciones para el dilema que supone convertir los muy analógicos auriculares en piezas acordes a los nuevos diseños de smartphones. Por ejemplo está la opción de convertir la conexión del accesorio tecnológico en una entrada de USB. De hecho, si se pusiera un puerto de micro USB en vez del tradicional probablemente se lograría un producto más estilizado.
Otra opción es usar auriculares con Blutooth, es decir, que la música se transmita por ondas desde el celular hasta el parlante. Pero claro que esos hay que cargarlos cada tres días, algo que puede resultar aparatoso, como señalan los especialistas de Gizmología.
En el pasado se logró que todos los fabricantes lanzaran aparatos con conexión de 3,5 mm. como medida estándar. ¿Lograrán ponerse de acuerdo otra vez?
Fuente: minutouno.com.ar