No obstante esta ubicación privilegiada en investigación sobre malaria, Kenia no ha podido trasladar los resultados a políticas efectivas para combatir una enfermedad que afecta en ese país a más de cuatro millones de personas.
“Como científicos hemos hecho nuestra parte y la hemos hecho muy bien. El mayor problema es que a diferencia de Gran Bretaña y otros países no hay mecanismos para traducir los resultados de la investigación en políticas nacionales o transformarlos en acciones”, afirma Bob Show, Jefe del grupo de Salud Pública y Epidemiología en Malaria del Instituto de Investigación Médica en Kenia.
La malaria es causa de muerte para 32 mil kenianos cada año. En Africa, más de un millón de niños muere por año de esa enfermedad, la mayoría menores de cinco años de edad.
AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS (CyTA-INSTITUTO LELOIR)