Dos estudios, encabezados por Jeffrey I. Gordon, del Centro de Ciencias del Genoma de la Universidad de Washington, sugieren que la composición de la flora intestinal puede afectar la cantidad de calorías extraídas de la alimentación. Los resultados de las investigaciones fueron publicados recientemente en la revista científica Nature.
Flora intestinal diferente en humanos
Gordon y sus colegas observaron que la flora intestinal de las personas obesas se caracteriza por tener un 20 por ciento más de bacterias firmicutes y un porcentaje menor de bacteroidetes, en relación con la flora intestinal de las personas delgadas.
Según los científicos, la obesidad, que se produce en gran parte por la cantidad de azúcares incorporadas al organismo durante la digestión, sería también producto de la actividad de las bacterias firmicutes. Estos microorganismos poseen una gran cantidad de genes que producen enzimas que participan en la degradación de los azúcares de los alimentos. Por lo tanto, la abundancia de estas bacterias en el tubo digestivo de los obesos aumentaría la absorción de calorías de los alimentos ingeridos.
Sobrepeso en ratones
Al igual que en las personas obesas, en el tubo digestivo de los ratones con sobrepeso hay una mayor proporción de bacterias firmicutes, en cambio, en los ratones delgados la cantidad de ese tipo de bacterias es menor.
A fin de verificar que las variaciones de la flora intestinal son la causa y no la consecuencia del aumento de peso, los investigadores realizaron estudios con esos animales.
Extrajeron la flora intestinal de los ratones delgados y posteriormente les transfirieron la flora intestinal de los ratones obesos. Como resultado, el aumento de peso se duplicó a pesar de que la alimentación no varió.
Tratamientos contra la obesidad
De acuerdo con los investigadores, la asociación entre aumento de peso y composición de la flora intestinal sugiere que la manipulación de las comunidades bacterianas podría sumarse a las diferentes estrategias orientadas al tratamiento de la obesidad, como lo son el aumento de la actividad física y la modificación de la conducta alimentaria, entre otras.