En una singularidad la curvatura del espacio se hace infinita y en consecuencia densidad de la materia también es infinita. La singularidad al no poder ser explicada por Leyes de la Física resulta ser, aparentemente, una falla de la teoría de la relatividad.
En un agujero negro la materia se comprimiría al máximo y sería inimaginablemente pequeña, con una densidad enormemente grande que se encontraría en el “fondo” del agujero, un punto en donde la materia cae, desaparece y no retorna al lugar original. La luz tampoco puede escapar de una singularidad, porque la fuerza de gravedad es tan grande que la retiene.
Horizonte de sucesos
Ampliemos ahora el mencionado horizonte de sucesos de la nota anterior. Es una superficie de forma esférica e imaginaria que rodea un agujero negro y para alejarnos del mismo deberíamos hacerlo a una velocidad mayor que la de la luz. Las partículas del exterior que caen dentro de este horizonte no pueden salir pues para poder hacerlo, necesitarían superar la velocidad de la luz que según la teoría de la relatividad general es una constante máxima en el universo.
Ninguna partícula interior a este horizonte puede salir, por lo tanto se desconoce todo lo que sucede en el interior. Se sabe que traspasado el horizonte de sucesos, no hay retorno alguno.
Si el horizonte de sucesos no existiera la singularidad sería teóricamente visible y recibiría el nombre de singularidad desnuda.
Llamamos agujero negro súper masivo a aquel que posee miles de millones de masas solares y ya se cree y está confirmada que en el centrote la Vía Láctea existe uno de ellos se cree que se formaron en los primeros instantes del Big Bang.
Ya existen mediciones que confirman la presencia de estos agujeros en el centro de muchas galaxias y que están muy distribuidos en todo el Universo.
Los agujeros negros son un fenómeno más que interesante ya que no son explicables con las Leyes que hasta ahora conocemos, de modo que plantean un desafío de conocimiento y una enorme curiosidad científica.
No son fáciles de detectar, se hacen invisibles justamente porque de ellos ni siquiera sale luz, pero por mediciones de la materia que los circunda se sabe de su presencia, o también por las explosiones que se generan con emisión de rayos X, cuando se devoran a alguna estrella que se les acerca. La materia alrededor de ellos muestra un movimiento giratorio muy rápido que sólo es posible si en el centro existe una gran concentración de materia.
El 18 de Febrero de 2004 dos observatorios de rayos-X que se encuentran en órbita, permitieron detectar y obtener la primera evidencia fuerte de un agujero negro súper-masivo en el mismo momento de consumir una porción de una estrella. El hecho fue capturado por los observatorios de rayos-X Chandra de la NASA y XXM-Newton de ESA, de modo que las hipótesis se comprobaron y dejó de ser teoría la existencia de estos agujeros. Se obtuvieron imágenes que las transmitió el satélite alemán Roentgens.
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