En este sentido, la propuesta es un avance positivo hacia la integración, ya que instalar nuevos tipos de juegos “contribuirá a que niños con capacidades especiales puedan, por ejemplo, columpiarse o acceder a otros recursos de cada espacio público”.
Al hablar de juegos integradores, nos referimos a adaptar, básicamente, a pisos recubiertos en astillas orgánicas un material dúctil y natural (césped), inofensivo ante caídas y por el que puedan circular sillas de ruedas, andadores o coches para bebés. “Los juegos adaptados significan la integración social del niño discapacitado junto a sus pares, respetándolos y viéndolos como un niño más que tiene el derecho a recrearse y compartir actividades en familia o con otros chicos”, destaca Peralta en el último tramo del proyecto.
Fuente: Minutouno.com