Bajo un clima primaveral y temperaturas en alza, unas quince personas ya se habían instalado con víveres y material de campamento en la explanada frente al gran cubo de cristal que cubre la entrada de la tienda Apple, sobre la Quinta Avenida, al lado de Central Park.
Los fanáticos que se inscribieron previamente en línea se disponían a pasar la noche, mientras que aquellos que no habían reservado tendrán que esperar hasta las tres de la tarde del sábado para acceder al codiciado objeto.
"Estamos acá desde las 5 de la mañana", dijo orgullosamente Giovanna Mullen, de 11 años, que llegó desde New Jersey (oeste de Nueva York) junto a su madre Jeanney Mullen y la abuela Tony Digiorno.
La abuela había llegado hace una semana desde Pittsburgh (Pensilvania, noreste) y estuvo cocinando para preparar la expedición a Nueva York.
Van a comprar tres iPad. "Uno para mí, otro para mi hija y como no puedo comprar más de dos, mi madre va a comprar otro para mi jefe", explicó Jeanney Mullen, que trabaja en la edición electrónica y que "está muy interesada por este nuevo producto". "En mi empresa se enteraron de que venía, y mi jefe me encargó uno ", agregó.
Los empleados de Apple instalaron un cordón alrededor de los campistas, a quienes los periodistas intentaban convencer de salir de ese perímetro para poder entrevistarlos.
"Yo ya hice la reserva y por eso voy a entrar en cuanto abran", dijo Richard Goodyear, un Alémán de 36 años que llegó desde Tel Aviv y que regresará luego a Alemania. "Quería asegurarme de tener uno inmediatamente, tengo un blog y a los lectores les fascina este tipo de historia".
Fuente: Infobae
