BREVE HISTORIA DE LOS MUSEOS
Un museo es una institución al servicio de la sociedad y su desarrollo, que adquiere, conserva, investiga, comunica y expone el patrimonio histórico y cultural de un pueblo.
En su origen, el museo era un templo de musas (las diosas de la memoria), un lugar sagrado que ellas frecuentaban. Más tarde, en Alejandría durante la época de la dinastía Ptolemaica, se levantó un museo dedicado al desarrollo de todas las ciencias y que servía además para las tertulias de los literatos y sabios que vivían allí, bajo el patrocinio del Estado. En aquel museo se fue formando poco a poco una importante biblioteca: la Biblioteca de Alejandría.
Los museos exhiben colecciones, es decir conjuntos de objetos e información que reflejan algún aspecto de la existencia humana o su entorno. Este tipo de colecciones, casi siempre valiosas, existió desde la Antigüedad: en los templos se guardaban objetos de culto u ofrendas que de vez en cuando se exhibían al público para que pudiera contemplarlos y admirarlos. Lo mismo ocurría con los objetos valiosos y obras de arte que coleccionaban algunas personas de la aristocracia en Grecia y en Roma; los tenían expuestos en sus casas, en sus jardines y los enseñaban con orgullo a los amigos y visitantes. Es en el Renacimiento cuando se da el nombre de “museo” tal y como lo entendemos hoy a los edificios expresamente dedicados a tales exposiciones.
Las primeras colecciones del arte fueron encontradas en los peristilos de los templos antiguos.
Delfos, la ciudad de los oráculos, se enorgullecía de poseer un tesoro de esta especie repartido en tantas salas como diversos pueblos había: el templo de Juno en Samos y la Acrópolis de Atenas estaban llenos de obras maestras del arte. Los sucesores de Alejandro Magno se esforzaron en reunir esculturas de todas clases. Con ellas hacían más ostentosas sus marchas de triunfo y además las empleaban en el embellecimiento de sus capitales: el arte, en estas ocasiones, daba vida y movimiento al cuadro.
Roma siguió este ejemplo. Las imágenes de los dioses de los pueblos vencidos formaron parte del cortejo del vencedor y vinieron en el mismo lugar que los prisioneros. Entre los emperadores romanos, Nerón hizo venir de Delfos 500 estatuas para adornar su palacio imperial y aumentar el lujo y la pompa del mismo. Todo esto, sin embargo, no formaba aún lo que llamamos hoy un museo.
Al principio del siglo XV, Roma solo poseía cinco estatuas antiguas de mármol y una de bronce.
Bien pronto se abrió en Florencia una nueva era para las artes. En el siglo de los Médici les dio un impulso poderoso. Cosme I de Médici se dedicó a reunir antigüedades y echó así los cimientos del célebre museo de Florencia. Luego, otros príncipes se disputaron la gloria de conquistar un nombre protegiéndolas. Un Médici fue también el papa León X, cuya villa sobre el monte Pincio fue el punto central en que se depositaron esas obras maestras que se encontraban.
Luego de esos inicios en la antigüedad, la conciencia de la Humanidad fue creciendo en la misma medida en que ésta avanzaba y crecía. Y pese a las grandes guerras mundiales y otros conflictos (en los que se destruyó gran parte de los testimonios históricos), los museos siguieron erigiéndose en custodios y divulgadores del patrimonio cultural de los pueblos.
En la actualidad, un museo es un establecimiento complejo. Los expertos afirman que el verdadero objetivo de los museos debe ser la divulgación de la cultura, la investigación, las publicaciones al respecto y las actividades educativas.
Los museos han pasado de ser meros depósitos, contenedores de unos tesoros dignos de devoción, a tener una dinámica viva, cambiante, renovadora. No valen ya exposiciones que permanecen inmutables en el tiempo, sino que la sociedad demanda novedades, tanto expositivas como en lo concerniente al contenido de éstas. Ello ha provocado que dejen de ser lo estáticos que fueron antaño.
Otro aspecto fundamental que en la actualidad han ido incorporando los museos es su valor didáctico, la proyección educativa que se desprende de su visita. “Recomponiendo el hilo que atraviesa toda la historia moderna de los museos, nos damos cuenta de que tanto hoy como en los siglos XIX y XX, lo que justifica en última instancia la institución de los museos es su compromiso permanente con la educación” (Josep Ballart).
“Un museo lleno de visitantes es un museo que goza de buena salud” (Sidney Dillon Ripley)
Casa Caravati – Museo de la Ciudad no será un depósito de antigüedades, sino una muestra viva y dinámica de la historia de los catamarqueños.
Buscamos la recuperación y conservación del patrimonio histórico de la Ciudad, porque es necesario conocer nuestros orígenes para honrarlos y respetarlos. Los pueblos que se miran a sí mismos saben analizar mejor su presente y proyectar el futuro.
Nuestro Museo será un orgullo para los catamarqueños de las pasadas y de las próximas generaciones. Es una institución al servicio de la sociedad y su desarrollo, porque acá se adquieren, conservan, investigan, comunican y exponen el conjunto de bienes que tienen un valor excepcional desde el punto de vista de la historia, el arte, la ciencia y la cultura.
La obra se levantó en la vieja casona del Siglo XIX que fue diseñada y construida por el reconocido arquitecto emblemático de Catamarca, Luis Caravati, quien forjó la identidad arquitectónica de nuestra Ciudad con la construcción de edificios y espacios verdes emblemáticos a partir del siglo XIX.
Desde la Municipalidad de San Fernando del Valle de Catamarca el propósito no fue reconstruir lo que originalmente fue la casa sino refuncionalizar la construcción con las valiosas donaciones que aportaron los vecinos y ponerlo como un museo.
De esta manera, este espacio tiene como objetivo ser el museo de la historia no escrita, la historia de la tradición oral (la que se trasmite de boca en boca) y por eso también se expondrán en pantallas, historias contadas por los propios vecinos.
¿QUÉ ENCONTRAREMOS EN EL MUSEO DE LA CIUDAD?
El edificio cuenta con todos los adelantos tecnológicos en cuanto a museología y museografía, iluminación, acceso para personas con capacidades móviles disminuidas (elevador y rampas), se expondrán en algunas salas objetos para personas no videntes, se contará con guías para sordomudos, visitas autoguiadas, guías para extranjeros, salas interactivas donde los niños van a poder tocar los mapas, pasar información con sus manos desde modernas pantallas, una librería donde se podrá adquirir libros de arte y juegos didácticos inspirados en el museo.
También habrá una cápsula del tiempo que reflejará todo el trabajo que se hizo durante este tiempo y que será abierta dentro de cien años. En ella estará el decreto de apertura, monedas, billetes y las ediciones de los periódicos, entre otros objetos.
El objetivo del museo es que la gente de la ciudad se sienta reflejada y pueda asistir muchas veces. Este museo tiene la característica de mostrar el patrimonio de la ciudad de Catamarca, y al mostrar un objeto histórico se despierta el interés de la gente que luego regresa e investiga, ya que básicamente el museo como institución es un espacio que genera más interrogantes que respuestas.
Con esta obra se busca crear un espacio de difusión de nuestro patrimonio y establecer a futuro una conciencia pública sobre la importancia y diversidad del patrimonio cultural que presenta la ciudad.
La idea es que todo en el museo sea dinámico y nada permanente, cambiar los contenidos cada cuatro o cinco meses.
Los trabajos para su instalación fueron coordinados y conjuntamente entre la Municipalidad de la Capital y la Fundación Cultural “Patrimonium” de la provincia de Buenos Aires.
LOS ESPACIOS DEL MUSEO
El Museo cuenta con 12 salas. Siete de ellas están en la planta baja, donde se realiza la muestra del patrimonio histórico y religioso. En la planta alta funcionará el sector de Arte Contemporáneo, que conceptualmente está gestando al futuro patrimonio a partir de las artes plásticas.
Sala de Orígenes
Donde mencionamos la presencia de las Colectividades Organizadas en Catamarca y que tanto aportaron a la vida sociofamilar catamarqueña. Italianos, españoles, israelitas y siriolibaneses a partir del Siglo XIX y posteriormente y en menor cantidad, irlandeses, franceses, japoneses, etc.
Sin olvidarnos de nuestros orígenes fundacionales en el Siglo XVII con la participación de negros y blancos en un 50% y los pueblos originarios, mas la participación de los colonizadores mismos.
También presentamos aquí nuestra tradición textil que nos identifica
Sala de Devociones Domésticas
Nos narra la tradición de la imaginería religiosa con sus diferentes tipos de imágenes adaptadas o creadas especialmente para la devoción familiar que en toda cultura y toda religión existieron y existen actualmente. Es una sala importante porque nos marca la religiosidad de nuestra gente.
Hay algunos devocionarios, e incluso una biblia escrita en árabe, aporte de la comunidad.
Sala de la Vida Religiosa en Catamarca
Con sus dos iglesias emblemáticas, Catedral Basílica y San Francisco, ambas con sus particulares historias, en donde encontraremos algún mobiliario e indumentaria eclesiástica y una pantalla en donde se estará transmitiendo un video de Noticieros Argentinos del Archivo General de la Nación de la Procesión de la Virgen del Valle del año 1939.
Sala de Comunicaciones y Transporte
En este sector se podrán visitar, en otras cosas, un automóvil que se encontró en el basural.
Porque la ciudad también habla por medio de la basura que generamos. Se trata de la camioneta restaurada de un inmigrante italiano, un Ford de fabricación inglesa del año 46, que comenzó llevando paquetes de una provincia a otra, como un servicio directo de encomiendas. Luego se convirtió en la empresa Transporte Di Pascuale, que ya no existe. Esta sala también cuenta con una carreta recientemente restaurada. Y también nos habla del tranvía, del ferrocarril, el teléfono y el telégrafo.
Sala de la Fundación
Se exhiben el cuadro de la Fundación y el retrato del Fundador, ambos del pintor catamarqueños Varela Lezana, junto a la imagen del San Juan Bautista, patrono de la ciudad, que muy probablemente haya estado el día de la Fundación, imagen recientemente restaurada.
También encontramos aquí la Galería de Intendentes.
La Sala de la Vida y la Imagen Urbana
Brinda mucha información a los visitantes. En este sector se encuentran las primeras actas matrimoniales del Primer Cabildo. Detalles de nuestro crecimiento urbano, de la vida familiar y cotidiana, de cómo fue cambiando la imagen con la llegada de los arquitectos italianos. Imágenes de escenas escolares, y de calles de nuestra ciudad, junto con piezas e imágenes del Cabildo.
Sala de Caravati
El creador de la imagen de la capital catamarqueña también tiene un importante espacio en lo que fue su propiedad. Esta sala tiene algunos planos dibujados sobre tela y firmados por él. Se encuentra el plano del Colegio Nacional, dibujado en tela, entre otras piezas de sus obras emblemáticas. Una línea de tiempo familiar y una colección de fotografías de sus principales obras acompañadas de páginas de su diario de vida. En una pantalla se ven cápsulas de video sobre su vida y obra.
Salas del Museo de Arte Contemporáneo
Este sector se encuentra en la parte alta. Un sector está destinado para la Pinacoteca Municipal.
Se exhiben obras de Varela Lezana, Laureano Brizuela y Caraffa entre otros de la colección. La propuesta del guión de esta muestra inaugural de artes visuales es a partir de cómo fue evolucionando el ojo del espectador, por decirlo de alguna manera. De cómo fue evolucionando la propuesta de producción, lo que nos permite ir observando en diferentes épocas y artistas con sus resultados. Es también en alguna medida una línea de tiempo hasta llegar al actual arte contemporáneo. Hay artistas catamarqueños reconocidos internacionalmente y artistas emergentes. Como así también hay artistas que sin ser catamarqueños viven y producen aquí.
En el Patio Central, corazón de esta casa que a su vez fue por muchísimos años el corazón de la vida social de Catamarca, en donde encontraremos una gran estructural helicoidal, que se puede observar desde la entrada, queriendo representar el ADN de la Ciudad, con fotografías antiguas que nos representan. Encontraremos aquí una memoria de la reconstrucción del edificio, su restauración y refuncionalización. Un homenaje al Coleccionista Espeche y a la Fotógrafos Catamarqueños, porque gracias a ellos podemos recuperar y disfrutar nuestra historia.
El Museo cuanta con alrededor de 700 metros cuadrados cubiertos, de los cuales aproximadamente 400 están destinados exhibición. El resto está distribuido en un sótano en donde se encuentra un depósito de cuadros colgados en rejas y con inyección de aire, el Archivo Histórico Municipal, que será una tarea paralela, la de escribir la historia municipal. Y el Taller de Restauración y Didáctica.
Aparte contamos con un espacio Librería, para venta de libros de arte y un espacio Cafetería con terraza para esparcimiento y tares al aire libre en el Patio de la Escultura.
El edificio cuenta con un núcleo de circulación vertical para facilitar el acceso a personas con capacidades motrices limitadas. La subestructura de esta torre fue inspirada en el diseño de un cuadro de Mondrian, en donde jugamos con vidrios transparentes y esmerilados, mismo diseño que se repite en el piso del pasaje de entrada y en el copete de la terraza de la cafetería con los colores originales del cuadro.
NUESTRA POLITICA CULTURAL
Las políticas culturales de una gestión parten del concepto, o de la definición de cultura que se maneje. En este caso se reconoce a la cultura como un bien emergente, propio de un pueblo, que se manifiesta y que es un derecho y una obligación. La cultura no es un bien de cambio, la cultura no se lleva ni se trae. A la cultura hay que recogerla, administrarla y difundirla, buscando las herramientas adecuadas. Y los resultados de aplicar estas políticas son perfectamente medibles, mensurables, en lo inmediato: disminución de la delincuencia juvenil, disminución del consumo de drogas y estupefacientes, modificación de los hábitos de los niños en situación de calle, adopción y protección de animales callejeros, mejora en el aprendizaje y rendimiento escolar, etcétera.
Pero también hay que hacerlo trabajando con visión estratégica, con visión de futuro. Un ejemplo de ellos es el puente de Brooklyn en Nueva York, una emblemática obra de ingeniería que fue pensada, creada y construida antes de que se inventara el automóvil y que todavía sigue ofreciendo servicio con fluidez a vehículos y a peatones. Es decir, no debemos trabajar construyendo para las necesidades de hoy, o para cubrir el periodo de gestión, trabajamos con proyección para 30 ó 40 años adelante. Con obras de carácter permanente.
Con el lema de “La Recuperación del Patrimonio Histórico y Natural como Motor para el Desarrollo Económico” comenzamos a incorporarnos al panorama cultural.
“La Cultura no es ornamento inoficioso de la sociedad” se dice a partir de Agenda 21.
Agenda 21 es a la Cultura lo que el tratado de Kioto es para el Medio Ambiente, y define a la Cultura como el cuarto pilar para el desarrollo futuro de la ciudades. Sin cultura no puede haber desarrollo urbano ni desarrollo económico. Y asumiendo que la Cultura es un bien común y que la diversidad cultural y el diálogo intercultural como visión estratégica nos comprometen, es que surgen las políticas culturales que definen las herramientas para su gestión y difusión. Estas herramientas que hoy este gobierno propone para crear condiciones para el diálogo entre tradición y vanguardia.
La historia escrita ya está escrita, ya la tenemos, ya está a buen resguardo. Solamente hay que conservarla y difundirla. Nuestras efemérides y nuestro acervo histórico están en buenas manos.
Hay muchas organizaciones culturales dedicadas a eso y a ellas apoyamos e invitaremos a participar de una especie de cogobierno con la Dirección de este Museo. Pero también debemos ocuparnos de la historia no escrita. El patrimonio oral, ese que se nos escapa con cada abuelito que se va, ese que irremediablemente vamos perdiendo. Por esto tendremos una pantalla con cámara de video para que todos los visitantes que quieran, orientados por personal del Museo, puedan dejar su testimonio grabado y así compartir sus vivencias familiares que enriquecerán nuestra propia historia ciudadana.
También es necesario tener en cuenta a la Cultura Viva Comunitaria. El fenómeno de la migración urbana, entre barrios, va creando nuevas costumbres, nuevas necesidades.
Desde tiempos inmemoriales lo que se hacía en el centro no era lo mismo que se hacía en La Tablada o en Villa Cubas. Hoy, con más razón, tenemos diversidad cultural y a esa diversidad hay que atenderla. Este Museo se propone como herramienta de aglutinamiento para testimonios por medio de estos sencillos mecanismo tecnológicos como fotografías y videos aportados por ellos mismos. Esto se propone como un espacio dinámico y un Museo de emociones también.
Hace mucho tiempo que los museos dejaron de ser depósitos de piezas para convertirse en espacios dinámicos de experiencias, en donde se exhiben pocas piezas. Y esas pocas piezas generan más dudas que respuestas. Las piezas exhibidas nos invitan a querer ver más, a investigar, a querer regresar al Museo una y otra vez. Esto es lo que nos proponemos.
