Argentina, con una pobre actuación de Marcos Milinkovic (tres puntos), no le pudo hacer frente al mejor equipo del momento y fue derotado en el gimnasio Nilson Nelson de la capital brasileña con parciales de 25-21, 25-21 y 25-19, en 65 minutos.
Fue un comienzo previsible para el seleccionado nacional en la Liga Mundial: dos derrotas como visitante ante Brasil (ayer 3-1).
La clasificación argentina para la ronda final del torneo comenzará a definirse el fin de semana que viene ante Polonia -en teoría, el rival a vencer en esta etapa- en dos encuentros que se disputarán el sábado y domingo en el estadio Aldo Cantoni, de San Juan.
El seleccionado nacional, está claro, necesita alcanzar un pico de rendimiento para hacerle frente a Brasil y hoy estuvo lejos de conseguirlo.
El equipo recién comenzó la competencia fuerte del año (antes de la Liga Mundial sólo realizó una gira amistosa por Canadá) y aún no encontró su mejor línea de juego.
Encima Milinkovic, su figura estelar, tuvo hoy un desempeño sombrío y no pisó la cancha en el último set.
Brasil mostró dos caras nuevas respecto de su victoria de ayer: Dante y Henrique en lugar de Nalbert y André Heller. Y el resultado fue un margen de error más reducido, en el servicio y en ataque, una combinación que complicó las posibilidades argentinas.
Sin el aporte de Milinkovic (dos puntos en el primer parcial), bien controlado por el bloqueo, el seleccionado nacional no encontró, fuera de los arrestos individuales de Hugo Conte, la fórmula para castigar a la recepción brasileña.
Brasil se llevó así el período inicial por 25-21, marcador que repitió en el segundo segmento impulsado por los brazos de Giba (15 puntos, máximo anotador del partido) y la aparición de Dante.
Argentina, pese a todo, recuperó un poco el sentido colectivo del juego, atributo que no le alcanzó para comprometer a su rival.
Con el 2-0 abajo, el entrenador argentino, Carlos Getzelevich, dispuso el ingreso de Gustavo Scholtis por el apagado Milinkovic, quien ya no volvió a entrar a la cancha.
El juvenil cordobés tuvo algunos aciertos pero Brasil, por entonces, ya marchaba sin fisuras hacia la victoria trabajando bien sobre la deficiente recepción argentina.
La indiscutida autoridad del juego brasileño no permitió gestos de sorpresa por la contundencia del resultado, pero el equipo argentino dejó en claro que aún tiene que ajustar aspectos del juego para sumar puntos de a dos el fin de semana próximo ante los polacos.
