Cada vez que un equipo argentino debe jugar en la altura de Bolivia, como ocurrirá este martes cuando San Lorenzo enfrente a Real Potosí a 4 mil metros de altura, surgen las discusiones sobre si es normal hacerlo en esas condiciones.
La FIFA hace algunos meses prohibió jugar partidos internacionales a más de 2.750 metros sobre el nivel del mar, salvo que los futbolistas afronten aclimataciones.
Esta decisión influirá en las Eliminatorias sudamericanas para el próximo Mundial, de las que ya se disputaron cuatro fechas. La entidad, sin embargo, no precisó aún cuál será el tiempo de aclimatación exigido para zonas que superen esa altura. "La resolución se incorporará de inmediato a todos los reglamentos de las competiciones de la FIFA y se recomendará que este límite se establezca en otras competiciones internacionales".
En tanto, el Comité Ejecutivo del máximo organismo del fútbol mundial sostuvo que "hay que proteger la salud de los jugadores. Se ha recomendado aplicar el mismo límite a todos los partidos internacionales", declaró el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
Por su parte, la Confederación Sudamericana,encabezada por el presidente de AFA, Julio Grondona elevará en estos días un pedido para que se revea esta medida y Bolivia pueda jugar como local en La Paz a 3.650 metros.
A su vez, el director del departamento médico de selecciones nacionales de Argentina, Raúl Madero, defendió el veto de la FIFA a jugar partidos internacionales en estadios a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar al afirmar que competir en esas condiciones es "muy perjudicial" para la salud de los futbolistas.
"Los estudios demuestran que jugar a más de 2.500 metros produce alcalosis (alcanicidad excesiva en la sangre), circunstancia que provoca cefaleas, mareos, nauseas, alteraciones gastrointestinales y fatiga. En tales circunstancias, se incrementan las posibilidades de lesiones de los futbolistas", opinó el médico en declaraciones al web de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia, directos perjudicados, reaccionaron con indignación ante la resolución de la FIFA.
Los clubes brasileños que participan en la actual edición de la Copa Libertadores fueron los que más se quejaron de jugar en la altura, especialmente Flamengo, que el año pasado tuvo que medirse con el Real Potosí y a pesar de sacar un heroico empate en dos goles, se quejó de no poder jugar en esas condiciones.
"En mi condición de médico, soy de los que opinan que si no se toman recaudos, jugar en la altura es muy perjudicial para la salud de los futbolistas", afirmó Madero, quien también integra la comisión médica de la FIFA.
Sin embargo aclaró que se puede jugar en la altura siempre y cuando los equipos del llano tengan un tiempo de adaptación. "Esto significa dos semanas para jugar entre 2.500 y 3.000 metros, tres para hacerlo entre 3.000 y 3.500 y cuatro a más de 3.500".
"Si no se realiza la adaptación indispensable, para los hombres del llano jugar a más de 2.500 de altura es otorgar ventajas deportivas, con lo cual se vulnera el juego limpio, algo que la FIFA defiende a ultranza", advirtió.
Uno de los que más sabe de esto es el ex médico de la Selección Argentina, Donato Villani, quién sostuvo que "entre un jugador de mayor predisposición física y uno con talento, es preferible uno de mejor predisposición física, aquel que va a resistir las sensaciones producto de la falta de presión del oxígeno", recalcó.
Palabras sabias de alguien que vivió de cerca lo que es luchar contra la altura. La mayoría de los equipos acostumbran a viajar sobre la hora para no sufrir demasiado las consecuencias", reconoció, aunque también advirtió que lo mejor es "viajar con tres semanas de anticipación", algo ilógico en los tiempos actuales del fútbol mundial.
San Lorenzo inició este domingo el periplo que comenzó en Santa Cruz de la Sierra, para seguir por Sucre y culminar este martes en Potosí, escenario del trascendental partido por el grupo 1 de la Copa Libertadores.(Telam)
