Catamarca
Jueves 28 de Marzo de 2024
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Alessio Brandolini en el Festival Latinoamericano de Poesía

Poeta de lo cotidiano que indaga sobre "el alma del mundo" y dice buscar un sentido de "hermandad" contra la indiferencia, el italiano Alessio Brandolini llegó a Buenos Aires para participar en el V Festival Latinoamericano de Poesía que se lleva a cabo estos días en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC).
Esta primera visita a la Argentina se agrega a un periplo por países latinoamericanos -El Salvador, Venezuela, Costa Rica, Nicaragua- que, según cuenta se filtró a su poesía desde 2004, cuando viajó a Colombia invitado al Festival de Poesía de Medellín y descubrió, dice "una manera diferente, abierta, de compartir la poesía", que le cambió la vida"

"Mucho del conocimiento de estos países, sus poetas, sus historias, quedó en mi poesía -como mi libro Mapas colombianos-; luego empecé a traducir y fundé la revista web Fili d´aquilone y la editorial del mismo nombre, que publica sobre todo a poetas hispanoamericanos", cuenta el poeta.

Ubicado por la crítica entre el intimismo y la crónica de la crisis de la sociedad, la obra de Brandolini (1958) reconoce entre sus influencias a Dante Alighieri y Francesco Petrarca: "Allí está mi primer amor por la poesía, junto a un nombre menos conocido: Guido Cavalcanti: su extravío y angustia ante la vida dan un tono moderno a sus textos".

También entre sus vecindades figura Giacomo Leopardi: "Un poeta muy importante que está dentro de mi vida y de mi trabajo poético por su poesía perfecta y su pensamiento profundo, su coraje de vivir fuera del contexto social de su familia, de ser libre".

A sus preferencias añade a Pier Paolo Pasolini "empezando por sus primeros libros en dialecto friulano; una poesía íntima que se acerca a la de Pascoli y luego se vuelve más ideológica. En sus novelas romanas y en su cine da voz a la gente de la calle; lo hace sin retórica, con un lenguaje moderno. Su obra maestra, en este sentido, es la película «Accattone»".

A su generación la ubica Brandolini en la línea de la poesía de comienzos del siglo XX -"muy buena y vasta" en las voces de Giuseppe Ungaretti, Dino Campana, Eugenio Montale, Salvatore Quasimodo, Umberto Saba, Mario Luzi, Sandro Penna y Amelia Rosselli: "Realizaron un gran trabajo sobre el lenguaje que dejó atrás la poesía retórica de D´Annunzio".

Aunque distingue, además en su misma promoción una relación fuerte con la poesía extranjera, lo que da una apertura al abanico expresivo, y una línea hermética confrontada a una poética de la vida cotidiana.

"A esta última me siento más cercana; me permitió recuperar la voz de un poeta de fines del siglo XIX: Giovanni Pascoli, y su contacto con la naturaleza", dijo.

Sobre la evocación del mundo campesino -en un verso suyo habla de "refugiarse en los pliegues de la tierra"- señala: "Es el de mi familia, mi trabajo en la infancia, mis raíces. Más que un refugio es un diálogo con la tierra, mi pueblo y mi padre, a quien dediqué el libro ´Poemas de la tierra´".

"El esfuerzo de trabajar la tierra le da un valor humano, conecta al hombre de hoy con el de ayer; es memoria en acción -describe- . La ciudad está abajo, y aunque lejana, puede verse. Es una mirada diferente. También dediqué un libro a Roma -donde resido- Tíber en llamas, donde el campo está lejos, arriba. Una especie de «contracanto» a los poemas de la tierra. Y variando la mirada cambia el ritmo de la poesía".

Los temas de la poesía de Brandolini, quien obtuvo los Premios de Poesía "Alfonso Gatto" y "Sandro Penna", van de lo social (la guerra de Irak, en el libro "El mal inconsciente"), al misterio que rodea la existencia (en textos de su inédito "En la mirada del lobo"), haciendo pie además en el eje amoroso y la minucia de lo cotidiano.

Otro de sus libros, El río en el mar, lo dedica: "A los muertos en el Mediterráneo/ en busca de una casa / en busca de un trabajo": "Es una poesía que desea revisar lo que ocurre en el alma del mundo, adonde vivimos; un sentido de hermandad, de participación en el dolor de los desdichados tratando de quebrar el muro de la indiferencia, de buscar una casa común, al menos en los sentimientos".

Como traductor Brandolini trabajó sobre textos de varios poetas de América Latina, entre ellos el mexicano José E. Pacheco, el uruguayo Rafael Courtoisie, el venezolano Igor Barreto, al costarricense Jorge Debravo y a la argentina Alfonsina Storni.

"Storni luchó por ser poeta y madre, y en su poesía se refleja esa lucha y su coraje, algo difícil hoy y mucho más en las primeras décadas del siglo pasado. Me gustan sus poemas cortos, con versos simples sí, pero directos, secos, a menudo contundentes. Sus versos de amor y de muerte".

De esta labor afirma: "Cuanto más se traduce, es más difícil traducir. No se puede evitar el ser ´traditore´ (traidor); es imposible ser fiel en todo al original. Cada uno tiene su ruta; trato de ser fiel al texto y recrear un buen sonido en la traducción italiana, lo más semejante posible al original".

Para Brandolini, la poesía que se escribe hoy Italia está a cargo de las voces de Maria Luisa Spaziani, Elio Pecora, Milo De Angelis, Valerio Magrelli, Patrizia Cavalli y "sobre todo", de Vittorio Sereni.

Y respecto a versos suyos que destilan anhelos y abrigos -"se vuelve a creer en días (…) arrancar las ortigas que han crecido en los senderos de la casa", concluye: "Escribir poesía ya es de por sí un acto de coraje, de esperanza, de resistencia a la superficialidad y al cinismo".

Fuente: Télam

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