Como se sabe en este año el Carnaval llegara tardíamente en el calendario, lunes 7 y martes 8 de marzo. Lo retrasado de la festividad disparó en la Comuna Rural de Amaicha del Valle, el ente de gobierno dependiente de la jurisdicción provincial, la intención de tomar el control de la fiesta y adelantarla bajo el argumento que en el mes de marzo el turismo habrá disminuido por que la mayoría de los argentinos se encontrarán de vuelta en sus trabajos y en consecuencia las posibilidades de obtener utilidades por parte de los prestadores del servicio de la fiesta disminuiría considerablemente, este argumento elude el hecho que los días de carnaval son feriados nacionales y por lo tanto se desarrollara en un fin de semana largo propicio para el turismo.
Para los amaicheños la Fiesta de la Pachamama viene siendo motivo de pujas políticas internas desde hace varios años, así mucho se debatió y accionó a raíz de que años atrás fuera relocalizada en un predio cerrado en contraposición a la realización en la plaza pública. La celebración de la fiesta de la Pachamama en la plaza, nuevamente, coincidió con la consolidación de la etapa de normalización institucional de la Comunidad Indígena gestada por el actual Cacique Amaicha junto a numerosos comuneros, años atrás. En la actualidad y con el contexto electoral que se avecina en el presente año nuevamente la fiesta pone a las distintas facciones amaicheñas en movimiento con intenciones que van mas allá de lo meramente folclórico. Otro aspecto que trasciende lo pintoresco de “La Pachamama” que movilizó a ambientalistas y miembros activos de los pueblos originarios durante sus actos centrales en las últimas ediciones, son los aportes de Minera Alumbrera hace a su organización lo que pone en franca contradicción el espíritu reivindicativo de los Pueblos Indígenas, deslegitimando reclamo y vaciando de contenido los múltiples discursos sobre respeto y veneración a la madre tierra que se hace desde el escenario central.
Lo antecedentes de la Fiesta de la Pachamama se remontan al 16 de febrero de 1947, cuando ese día de carnaval quedaban concluidos los trabajos de organización, comenzaba la celebración de lo que sería una de las fiestas más importantes del calendario turístico de Tucumán; el matutino de mayor tirada de la provincia retrataba así el inicio de la fiesta: “… Los festejos que darán comienzo hoy para prolongarse hasta el mediodía del lunes, contarán con presencia de autoridades y funcionarios de Tucumán, Salta y Catamarca. Participarán también de los actos vecinos de nuestra provincia y Santiago del Estero… La Dirección Provincial de Turismo ha instalado asimismo en Amaicha del Valle un servicio gratuito de auxilio mecánico de emergencia, renovación de lubricantes, etc. Destinado a la atención de los coches oficiales y de turismo, con excepción de los de compañías particulares… La comisión organizadora de los festejos, integrada por funcionarios de la subsecretaría de Economía, Dirección de Turismo y de Industria y Fomento Agrícola. Corporación Mixta de productores de frutas y Hortalizas y Dirección de Vitivinicultura de la Secretaría de Industria y Comercio de la Nación y por vecinos de Amaicha, Quilmes, El Bañado, El Arbolar, Yasyamayo y Pichao… Serán expuestos además de estas muestras de la actividad agrícola ganadera de los valles, telares regionales, objetos arqueológicos y herramientas usadas por los nativos de la zona…”