Durante los meses del verano, las clases de danzas se realizaron al aire libre, en la plaza INTI Raymi del barrio 140 viviendas y fueron la excusa para el encuentro entre vecinos y, al mismo tiempo, para la apropiación de un espacio público que estaba desaprovechado.
Con la llegada del otoño fue necesario buscar otro espacio para que las clases pudieran tener continuidad. Además se necesitaba un lugar que estuviera en la misma zona de influencia, a fin de que los alumnos no tuvieran que trasladarse demasiado.
Así fue cómo se llegó a la escuela n° 196 y, con la autorización del Ministerio de Educación, los directivos de la escuela abrieron las puertas a los bailarines. De esta forma, los martes y jueves, cuando terminan las clases del turno tarde, comienzan las clases de danzas de carácter gratuito, a las que asisten con gran entusiasmo niños, adolescentes y adultos que, bajo la guía del profesor Segura, bailan al ritmo de zambas, chacareras y otros ritmos latinoamericanos.
La secretaria de Cultura agradeció la predisposición de las autoridades de la escuela por ceder las instalaciones y destacó la función social que cumplen al abrir sus puertas a la comunidad, integrando a los vecinos a través de una actividad cultural con fuerte sentido identitario.