"Cuando se abrían los molinetes de la plaza (por la Próspero Molina), a eso de las 4 de la mañana, todos íbamos a la peña de Los Coplanacu, ahora estamos `boyando` de peña en peña", dijo Elena, una joven oriunda de la ciudad de Córdoba.
La otra gran ausente es la peña a cargo de la cantante, compositora y bombista cordobesa Paola Bernal, quien desde una actitud casi rockera y una voz firme y honda se animó en la segunda luna a jugar en los límites del género, escapándole a las formas y haciendo eje en el contenido de canciones nuevas.
Actualmente hay 15 peñas aledañas al centro de la fiesta y este año el ritual es hacer un recorrido por cada una para curiosear unos minutos y luego partir.
Una de las más convocantes resulta la de La Fisura, que se distingue por reunir propuestas jóvenes que vienen del circuito más “under” del género en distintos puntos del país, y a la que la gente se acerca no solo para escuchar sino también para bailar unas chacareras.
Otra opción potable es la que ofrece La Casa de Los Carabajal, que tal vez en el devenir de los días pueda reemplazar el espacio vacío que dejó la de Los Copla, ya que sobresale por la amplitud de sus propuestas. Allí hoy habrá un recital exclusivo a cargo de la familia Carabajal, con Cuti, Roberto, Peteco, Cali y Musha.
Anoche José Ceña y su trío, en una jugada propuesta que rescata la obra de Atahualpa Yupanqui, se lució allí -después de pasar por el escenario mayor del Festival- con bellas versiones de temas no muy transitados de su autoría como "De aquellos cerros vengo" y "La raqueña".
También se destacan La Peña Oficial Centro de Congresos y Convenciones (paso obligado de todos los artistas que pasan por el Festival por cuestiones de contrato) y La Salamanca, que ofrece una pantallazo del folclore hecho en Jujuy, con una estética más inclinada hacia la música andina.
Fuente: 26noticias.com.ar