Participaron en la misa de hoy miembros del "ministerio" para los textos legislativos y de la Fábrica de San Giovanni in Laterano.
La sed de poseer, buscar acumular muchas cosas, no da tranquilidad y vuelve a las personas vanamente inquietas, subrayó el Papa.
"El Señor -dijo- nos hizo inquietos para buscarlo, para crecer. Pero si nuestro tesoro es un tesoro que no está cerca del Señor, que no es del Señor, nuestro corazón se vuelve inquieto por cosas que no van".
"Para llegar a esto, al final, nuestro corazón se cansa, nunca está pleno: se cansa, se vuelve perezoso, se vuelve un corazón sin amor. El cansancio del corazón. Pensemos en eso", pidió.
Fuente: Télam