La presencia de inflamación se determinó mediante la medición de los niveles de la proteína C reactiva (PCR), un biomarcador de enfermedad coronaria, explicaron los autores.
La hipótesis de trabajo fue que las personas que consumen más chocolate amargo, rico en varios antioxidantes, tendrían niveles más bajos de PCR.
Para investigarlo, los autores estudiaron a 4.849 hombres y mujeres sanas participantes del Proyecto Moli-sani, un estudio en marcha sobre adultos mayores de 35 años y residentes en el sur de Italia.
La cohorte incluyó a 1.317 personas que habían comido todo tipo de chocolate el año previo y a 824 que habían consumido chocolate amargo de manera regular. La mayoría de este segundo subgrupo había consumido 5,7 gramos diarios.
Los niveles de PCR eran de unos 1,32 mg/L en personas que no habían comido chocolate amargo y de 1,10 mg/L en los consumidores de chocolate amargo.
Los participantes que habían consumido chocolate amargo tenían en general una alimentación más saludable que los que no lo consumían; eran también más jóvenes y con un nivel social más alto, pero menos propensos a hacer ejercicio.
Pero tras ajustar esos y otros factores importantes, la relación entre el consumo de chocolate amargo y un nivel de PCR más bajo se mantuvo.
El rango de niveles de PCR observado en los consumidores de chocolate amargo está asociado con un riesgo "leve" de enfermedad cardiovascular, mientras que los niveles registrados en los no consumidores estaría relacionado con un riesgo "moderado", explicó el equipo.
Los beneficios se observaron cuando el consumo incluía una porción de 20 gramos de chocolate amargo cada tres días; aumentar ese consumo no representaba un mayor beneficio.
De hecho, el equipo halló que los efectos sobre los niveles de PCR "tendían a desaparecer" cuanto más altos eran los niveles de consumo.
Fuente/ www.26noticias.com.ar