"Por supuesto respetamos la voluntad de los herederos, aunque lamentamos mucho tener que desprendernos de una obra tan valiosa en nuestra colección", señaló sin embargo su director, Philipp Kaiser.
El cuadro de Kokoschka integraba la colección permanente del museo desde su fundación en los 70, pintado en 1910, Josef Haubrich se lo compró a un secretario de Flechtheim en 1934 y al fin de la Segunda Guerra Mundial lo cedió a la ciudad de Colonia.
La comisión que estudia robos cometidos por el nazismo determinó que el marchante vendió el cuadro obligado por el régimen ante su condición de judío; aunque el museo se negaba a devolverlo sosteniendo que Flechtheim pasó apuros económicos en la última fase de la República de Weimar y vendió el cuadro para saldar deudas.
Los herederos anunciaron que exigirán la devolución de otras 35 obras, en parte pertenecientes a la colección Haubrich, entre ellos un Paul Klee y un Juan Gris que se encuentran en el museo NRW de Dusseldorf.
Fuente: Télam