Catamarca
Viernes 19 de Abril de 2024
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Un tema que concita la atención mundial

Importancia del ozono atmosférico

Si la capa de ozono, por tenue que sea, llegara a desaparecer, la alarma estaría plenamente justificada. Sin esa protección sufriríamos radiaciones sumamente nocivas que, incluso, podrían llegar a poner en peligro la supervivencia sobre la Tierra.
Preocupan los daños en la capa de ozono.
Por Ricardo Santiago Katz (*)
Especial para CampoNOVA.com

Cuando en el año 1971 el científico americano H. S. Johnston divulgó en la revista Science una teoría según la cual los aviones supersónicos podrán acelerar la destrucción del ozono atmosférico y producir cambios imprevisibles en los climas terrestres, los medios de comunicación de masas iniciaron una campaña en contra de este transporte.
El caso del ozono puede ser uno más a contabilizar en el debe de la opinión pública pseudocientífica, fácilmente influenciable a pesar de la fragilidad de los argumentos esgrimidos.
Otra tesis alarmista: la de los científicos Rowland y Molina, también americanos, publicada en la revista Nature; según ellos, los clorofluorocarbonos utilizados en los pulverizadores de aerosoles (sprays) y los acondicionadores de aire, destruirían rápidamente el ozono atmosférico. Pero estudios recientes no han confirmado la alarma desatada en todo el mundo.
A tenor de la producción actual de esos gases propelentes, se necesitarían 25 años para disminuir el ozono en un 5 %, variación todavía inferior a las que se producen en forma constante, y por causas naturales, en el ozono atmosférico.
Para completar y enriquecer la polémica, cabe añadir que el continuo aumento del dióxido de carbono en la atmósfera -como consecuencia de las constantes combustiones que la actividad industrial lleva consigo- tiene una repercusión indirecta, pero claramente demostrable, sobre la cantidad de ozono presente en el aire, haciendo aumentar su concentración en la atmósfera.
De donde resulta que la voz de alarma, que hizo cundir el pánico hasta el punto de llegar a sugerir la prohibición de aerosoles y de poner en dificultades irreversibles a la aviación comercial supersónica, no estaba justificada.

¿Por qué es tan importante el ozono atmosférico? ¿Qué supone este gas -del que tan poco se sabía hace sólo unas décadas- para la vida humana en la superficie de la Tierra?

El ozono es un gas bastante inestable, cuya molécula está formada por tres átomos de oxígeno en lugar de los dos átomos habituales. Es, pues, oxígeno triatómico. El ozono forma parte de los gases habituales de la atmósfera, pero en una proporción realmente insignificante: a razón de una a tres moléculas de oxígeno.
La concentración del ozono aumenta sin embargo con la altitud, hasta unos 55 kilómetros (estratopausa); allí alcanza su límite vertical máximo.

{adr}A pesar de su reducida concentración, la presencia del ozono en la estratosfera tiene como consecuencia una elevación de la temperatura, a causa de los procesos fotoquímicos que resultan de la absorción de la radiación ultravioleta precisamente por el ozono.
Lo cual significa una consecuencia directa, es decir, una elevación de temperaturas en la tropopausa; y una consecuencia indirecta, pero seguramente más importante: la absorción de buena parte de la radiación ultravioleta procedente del Sol.
Si el calentamiento de esa zona de la atmósfera tiene un lógico efecto en el reparto energético de la gran máquina termodinámica que es la atmósfera terrestre, el filtrado de los rayos ultravioletas conlleva incidencias importantísimas.
Y especialmente para los animales y el hombre: sin esa protección sufrirían directamente unas radiaciones sumamente nocivas que, incluso, podrían llegar a poner en peligro su supervivencia sobre la Tierra.

Hoy día está completamente comprobado que las radiaciones electromagnéticas de onda corta (ultravioletas, rayos X, rayos gamma y rayos cósmicos) producen cáncer de piel y mutaciones genéticas graves.
Si la capa de ozono, por tenue que sea, llegara a desaparecer, la alarma estaría plenamente justificada. Lo cual no tiene nada que ver con el aprovechamiento sensacionalista que se dio a la teoría de Johnston en 1971, cuando emitió la hipótesis de que los aviones supersónicos podrían poner en peligro la presencia del ozono en la estratosfera.

(*) Profesor en Ciencias de la Educación y escritor bonaerense

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