El accidente sucedió en el predio de la fábrica Industrias Plásticas Catamarca (IPC), donde Juan Ramón Arpires y Oscar Lobo, trataban de poner en marcha un grupo electrógeno debido a que la planta fabril se había quedado sin luz, a causa de la fuerte tormenta eléctrica.
De repente ambos recibieron una fuerte descarga que los arrojó al suelo y les provocó quemaduras en las manos.
Los operarios fueron derivados al hospital San Juan Bautista y a un sanatorio privado, donde permanecen internados, aunque fuera de peligro.