Este calentamiento tendría como consecuencia una gran reducción de los hielos de los mares antárticos que constituyen el hábitat predilecto del pingüino emperador y del pingüino de Adelia.
La desaparición parcial de los hielos del mar podría también traducirse en una disminución del krill, base del régimen alimenticio de los pingüinos.
"Los pingüinos están acostumbrados a vivir en el frío y en condiciones extremas. Con la continua subida de las temperaturas y la disminución de las zonas de alimento y de nidificación asociadas, ya se ha producido una reducción sensible de las poblaciones existentes", comentó Juan Casavelos, coordinador de WWF sobre el Cambio Climático en la Antártida.
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