Lo mismo sucede con su protagonista El Guerrillero, clara referencia a
Roberto Quieto, cuyo nombre completo era Roberto Jorge Quieto y a quien se lo conocía por el apodo de Negro. Nacido en Buenos Aires, el 30 de enero de 1938 y secuestrado en 1975 en la localidad de Martínez, Quieto continúa hasta la fecha en situación de desaparecido. Fue fundador y líder de la organización Fuerzas Armadas Revolucionarias que luego se fusionaría con la conducción nacional de Montoneros.
El dilema que trabaja Bertorello entre historia y ficción se replica en otro dilema que, inmediatamente, incorpora la figura de Roberto Quieto, y es qué hacer con la información sobre la organización brindada por aquellos militantes que se encuentran en situación de tortura. Luego de ser detenido por primera vez, Quieto fue enviado a la cárcel de Rawson de la que se fugó junto con otros detenidos dirigiéndose al extranjero. Regresó luego al país y vivió en la clandestinidad hasta su secuestro. Al mes del hecho, la organización a la que pertenecía lo calificó de traidor y lo condenó a muerte a causa de una serie de ataques que sufrió la organización a partir de una logística que solo se pudo haber puesto en práctica gracias a los datos supuestamente entregados por Roberto Quieto.
Fuente: Télam