El hecho ocurrió el domingo a la tarde, mientras el grupo regresaba desde la localidad de Aguas Calientes hacia Cuzco. Los damnificados relataron que en cercanías del poblado de Santa Teresa, el conductor perdió el control del vehículo y comenzó a dar tumbos barranco abajo. Milagrosamente, 20 metros antes de caer a un caudaloso río, una gran roca detuvo a la camioneta. Como consecuencia, una joven de 21 años sufrió fractura de costillas y debieron extirparle el baso. El resto de los transportados sufrió politraumatismos, y debieron ser internados en el Hospital Central de Quillabamba.
El grupo –cinco mujeres y dos varones– regresaba de Machu Picchu hacia Cuzco, y en un punto del camino abordaron una camioneta de alquiler. “Íbamos con dos peruanos. Luego de media hora de viaje, el hombre perdió el control de la camioneta y, como la ruta no tiene guar-darraíl, comenzamos a caer por el barranco. Dimos seis tumbos, hasta que frenamos al chocar contra una roca gigante”, dijo a La Voz del Interior Alejandra, quien sufrió varios golpes y cortes en su piernas.
“Dentro de todo, tuvimos suerte. Frenamos 20 metros antes de caer a un río muy caudaloso”, agregó la joven.
Algunos de los ocupantes fueron despedidos del vehículo, otros quedaron atrapados y, los que pudieron salir, auxiliaron a los demás. “Me sentía mareada y con la presión muy baja, pero pude ver cómo muchos estaban totalmente inconscientes”, graficó Alejandra.
Luego de recibir asistencia en el lugar, fueron trasladados al Hospital Central de Quillabamba. María Candela Fontana (21) fue la que revistió mayor gravedad, ya que debieron extirparle el baso y sufrió fracturas de costillas. Deberá permanecer internada algunos días más. Su padre viajaba anoche para reencontrarse con ella.
El resto de los chicos –cuya edad promedio apenas supera los 20 años– sufrieron politraumatismos, pero cuatro de ellos ya fueron dados de alta. “Mi hija sigue internada. Le hicieron 20 puntos en la cabeza, tres en una oreja y ocho en un brazo, pero ella nos contó que está bien”, dijo Pablo Lamanuzzi, padre de Florencia.
Dos versiones dieron las fuentes sobre los motivos que le habrían hecho perder el control al conductor. “Al lado de él viajaba un perro. Algunos dicen que el animal se le subió encima y eso hizo que cayéramos al precipicio”, contó Alejandra. “Otros creen que chocamos contra una piedra que se desmoronó de la montaña, y comenzamos a dar tumbos”, completó.
El cónsul general adjunto en Perú, Gabriel Volpi, dijo a La Voz del Interior que los accidentes en esas rutas son muy frecuentes. “Hay diferentes empresas o conductores particulares que ofrecen el servicio de transporte público con pocos controles. Muchos de ellos son imprudentes, y es común ver vehículos que se desbarrancan”, indicó.
El cónsul agregó: “Les vamos a conseguir un transporte seguro para que los chicos puedan regresar a Cuzco”. Desde esa ciudad, los jóvenes volarán de regreso a nuestro país.
Fuente: 26noticias.com.ar
