Un informe exclusivo de Canal 26 que revela la situación por la que atraviesan las personas mayores que viven en los hogares de las residencias para personas adultas.
“Tenemos nuestro lugar de acuerdo a los intereses compartidos”, estimó Carlos, uno de los habitantes del “Hogar San Martín”.
Asimismo, aseguran que cada uno posee una actividad en la que se especializan en una división del trabajo que realizan de manera conjunta y la con la que pasan la mayoría del tiempo ocupados en esa estadía que es parece “infinita”.
“Me gustó la enseñanza, historia, filosofía y psicología”, destacó el hombre que incursionó en la docencia cuando era más joven.
Y agregó:
“Después de pasar la etapa de la primera edad, he aprendido muchas cosas y estuve me prepare para afrontar la vida y luego vino la segunda etapa, la de ejecutor y la tercera, la de desarrollado”.
Con respecto a quien compone sus familia contó:
“Tengo único hijo, pero también tuve familia”, enfatizó.
Una abuela del lugar Sara Martínez que posee 89 años contó que ella se especializa en las historias de niños.
“Mi especialidad es escribir cuentos para chicos”, aseguró.
En ese sentido la señora mayor confesó que tiene hijos
“Yo tengo hijos de corazón y siempre digo que hubiese gustado haber tenido mas platita para poder adoptar más chicos”
También se le suma Héctor Romano de 68 años que con su edad se ocupa de la parte estética de sus compañeros.
“Yo hago talados y soy el peluquero de los abuelos”, expresó.
Por su parte, Miguel Ángel Carrizo, de 80 años, confesó que vive en el sitio hace un tiempo y que viene desde el sur del país.
“Yo salí de Rawson hace un año. Se me dio por salir a la calle en el 2005 y voy a la casa de mi hijo. También tengo muchos amigos”, aseguró.
Otra huésped del lugar, Ana Comino, de 74 años manifestó que no tuvo una vida fácil y que atravesó por diferentes dificultades.
“Tengo una vida muy fea. No tengo amigos, ni familiares” Ana Comino
A la hora de preguntarle por si tuvo hijos la mujer contestó que le hubiera gustado adoptar uno, pero que no lo hizo por “miedo”.
“Yo hubiera agarrado un niño pero a ver si no lo crío o si me enfermo o me pasa algo a mí y el chiquito queda solo. Ya tendría un chico grande si hubiera adoptado, pero tendría un poco de miedo”, afirmó.
Actualmente en Argentina a partir de los 65 años una persona ya es considerada adulta, mientras que el 25% de los ancianos que son dejados de lado o que no poseen familia presentan trastornos mentales.
En tanto, más de un millón de argentinos que superan los 80 años son cuidados en asilos en los que solo algunos reciben la visita de sus familiares, que para ellos es una sonrisa.
Fuente: 26noticias.com.ar
