La fuga de clientes de las empresas privadas y aluvión de ingresos nuevos que registró la Administración Nacional de Seguridad Nacional (ANSÉS) fueron motivo de noticia, apenas quedó en vigencia la normativa.
Una estrategia del Gobierno nacional para paliar la gran franja de nuevas jubilaciones que otorgaron con los programas de jubilación sin previo aporte y anticipadas fue el de conseguir un grueso colchón de activos que aporte al sistema. Es que la cuota de los trabajadores en actividad paga la jubilación de los pasivos.
De esta forma, se dejó al alcance de todos, de manera fácil y gratuita, la posibilidad de que se abandone el régimen de capitalización para ingresar al solidario estatal, algo imposible de lograr antes de la promulgación de la novedosa legislación.
La opción arrancó el 1 de abril de este año y se extenderá hasta el 31 de diciembre (en rigor de verdad, hasta el 28 por los asuetos nacionales). Sólo unos días dan tregua para aquellos que no podrán incluirse en el beneficio, en cinco años, cuando la libertad de pase vuelva a quedar en vigencia.
Es que, en esta oportunidad no rigió ningún límite de edad y toda persona en actividad laboral puede iniciar los trámites de traspaso. Sin embargo, en cinco años sólo podrán participar de la iniciativa las mujeres de hasta 50 años y los hombres de hasta 55.
Por ello fue que el principal sector que se apresuró a pasarse a reparto fueron las personas de mayor edad.
FUENTE: INFOBAE
