En 2007, cuando tenía 4 años, Dominique recibió el trasplante luego de permanecer conectada a un corazón artificial durante nueve meses, y hoy cursa el sexto grado en la escuela Tiempo Educativo pero, además, toma clases de violín en un conservatorio.
Abril y Dominique son apenas dos de los miles de casos de trasplantados desde 2003, cuando el Incucai lanzó el Programa Federal de Procuración de Órganos y Tejidos, con la premisa básica de incrementar la disponibilidad de órganos para implante para que superen la incidencia de ingresos de pacientes en lista de espera.
Abril, quien cumplirá 11 años en septiembre, se contagió de un adenovirus en 2003, cuando contaba con 18 meses de edad, y estuvo en emergencia nacional hasta el 24 de enero de 2004, cuando se realizó el trasplante.
En ese momento, el entonces presidente Néstor Kirchner se preocupó por el caso y recibió a Sergio, el papá de la niña, y le explicó que "lo que vos necesitás yo no te lo puedo dar", según contó el padre en diálogo con Télam.
"Yo siempre dije que no creía en las instituciones, pero sabíamos que dependíamos del Incucai y de alguien que donase, y al día de hoy admiro y agradezco la velocidad con la que me atendieron, no sólo desde el sistema sanitario sino también el Presidente Kirchner", celebró Sergio.
El papá afirmó que "el trabajo del Incucai es impecable, y se trata de comunicar, y que la gente se entere, de que no existe eso de que te secuestran un órgano o todas esas cosas que se dicen", afirmnó Sergio: "el acto de la donación es algo más que ser solidario, es mucho más profundo".
Casi diez años después, el papá de Abril afirma que "a ella la tratamos como a una nena absolutamente normal, y el único momento que nos damos cuenta que está trasplantada es cuando toma los remedios y va a hacerse los controles periódicos al Garrahan".
Abril, una rubia de pelo largo y ojos muy celestes, dice: "yo no me acuerdo de nada del trasplante". Y prefiere hablar de lo que hace todos los días: "voy a baile latino y en la escuela mi materia preferida es Música, porque me gusta cantar y bailar".
Dominique fue diagnosticada en Córdoba de una miocardía restrictiva en 2004, y su familia se mudó a Buenos Aires, cerca del Hospital Garrahan, para que la niña pueda realizarse los controles periódicamente, hasta que en 2006 tuvo una recaída y debió permanecer nueve meses conectada a un corazón artificial.
Su papá, Conrado, contó a Télam que "los médicos utilizaron el dispositivo de Berlin Heart, que era lo único que había ese momento ante la imposibilidad de un trasplante, ya que el corazón no llegaba, y durante esos nueve meses ella vivió conectada a una máquina, hasta que el 16 de mayo de 2007 fue trasplantada y dos meses después fue dada de alta".
"Yo venía con algún prurito con la salud pública, pero para el transplante de Domy nunca hemos tenido que poner un centavo para nada, porque con o sin obra social, en el Garrahan y el sistema de salud público no hacen distinción cuando se trata de la vida humana", destacó Conrado.
Dominique estudia violín en un conservatorio y cursa el sexto grado en el Instituto Tiempo Educativo de Barracas, y su materia preferida es "Ciencias Naturales, porque hacemos experimentos".
"Una vez en la escuela gané una carrera de obstáculos", cuenta la niña: "nos dijeron que teníamos que correr saltando unos conos que cada vez se juntaban más y yo iba corriendo y los pasaba de a dos, y al final gané", contó contenta.
Fuente: Télam
