Luís Barcia, Presidente de la Academia Argentina de Letras, quien anoche brindó una disertación en conmemoración de los centenario del nacimiento del poeta y dramaturgo catamarqueño Juan Oscar Ponferrada, ofreció esta mañana una conferencia de prensa a medios locales en el Salón de Acuerdos Fray Mamerto Esquiú, donde habló acerca de las ediciones locales y su inserción en el mercado nacional. Asimismo hizo referencia a las industrias culturales en Argentina y planteó la necesidad que la región logre unirse con la intención de hacer conocer y vender sus producciones en Buenos Aires.
A continuación la conferencia:
- Hablando del Quijote hace un tiempo y ahora le interesó un escrito Catamarqueño?
- Es cierto. En este caso este autor que sale de Catamarca tiene una característica particular de volver siempre a su provincia. Anoche hablaba que se cumple en Ponferrada el Mito de Anteo, aquel gigantón de la antigüedad que si lo separaban de la tierra de debilitaba y en el caso de Ponferrada, vuelve a su tierra a tomar contacto con su provincia, con su ámbito, con su hábitat, y eso lo refuerza. Pero no es un hombre que se queda con lo pintoresca del lugar ya que eso sería una literatura regionalista, solo para turismo. Ponferrada es un hombre regional, no regionalista, en el sentido que desde la región se abre al mundo, se abre a la problemática del hombre y esto tiene como dimensión de especial la obra de Ponferrada que no está suficientemente reconocida todavía, sobre todo en el teatro. Recién en la década de 1990 comienza a moverse la crítica a favor de Ponferrada, pero también hay una obligación de Catamarca de promoverlo. El riesgo es que no comience a ser regionalista y costumbristas en la evocación de Ponferrada, sino que lo abran a todos los argentinos, a lo universal.
- De igual manera existe la crítica que los escritores del lugar son pocos promocionados, sobre todo en los estamentos educativos públicos o privadas.
- Es así. Pero se corre el riesgo, tal cual lo decía Borges que utilizada en un centenario de Góngora, ‘estoy dispuesto de acordarme de Góngora y Artero cada 100 años’. Entonces esta memoria centenaria es nociva para la perduración de un autor, pero aquí lo que hay que romper es la obsecuencia con el ministerio de Educación nacional ya que manda programas, autores seleccionados y los ministerios provinciales no arremeten con esto afirmando lo propio. En una época fui asesor en la Reforma Educativa de Catamarca y recuerdo que venían críticas del ministerio de Educación de la Nación cuestionando el porqué se hablaba del arte de la pesebrería en los contenidos de Catamarca cuando era una cosa parcial y religiosa, con una ignorancia absoluta de lo que era en este país chico el arte de la pesebrería como los tejidos. Entonces esta ignorancia porteña que resulta tan soberbia, debe ser vencida por las provincias y las provincias tienen que tener una cuota de lectura universal y otra regional, bien elegida por cierto. No que la maestra elija lo que se va a leer, sino que una comisión elija los mejores. Lo dijo desde el punto de vista de haber sugerido el ministro de Educación de la Nación la edición de las mejores 100 obras de la literatura universal, y esto se está distribuyendo a 15 mil escuelas el juego de las 100 obras.
- Esto es lo que se debe hacer desde las provincias, defender lo propio, no dejarse avasallar por el gobierno central. Esto se puede hacer perfectamente. Si Luis Franco no está en un programa educativo de Catamarca, no es culpa de Filmus, la provincia tiene que hacer fuerza por eso.
- Qué difícil se hace para los escritores reflotar libros, cuando las grandes editoriales solo publican lo que se vende y lo que se vende solo está en Buenos Aires.
- La provincia de Río Negro en su momento hizo un fondo de la Patagonia con unas ediciones muy bien hechas y toda la región Patagónica tuvo ediciones de autores locales y esto llega despacito a Buenos Aires, pero no entra en el circuito de negocios ya que no se vende. El libro se vende cuando detrás tiene un aparato de marketing suficiente. Si bien el marketing vende porquerías, porque las revistas de bett-seller, indican qué libros deben comprarse. De todos modos existe una calificación en este bett-seller: el más leído, el más vendido y el más entendido, yo me quedo con el tercero. Regresando a la consulta (del periodista) es ideal hacer fondos editoriales provinciales con un jurado selector que busque el material, lo seleccione bien, y a partir de allí hacer ediciones dignas. He visto en muchas provincias ediciones que son deplorables. Además, cómo se radican en Buenos Aires, tienen que tener una distribuidora. Lo que estoy haciendo con la Academia de Letras, es hacer de las bibliotecas que se tienen una destinada al interior. La idea es aspirar tener ediciones del interior del país para que la gente de Buenos Aires tenga esa posibilidad. No hay que desesperar, ya que no hay peor trámite que el no hecho.
- Cómo se hace para pelear ante la industrial cultural?
- Un autor por sí solo no puede imponer un libro en el mercado que es el que compra finalmente. Pero existen diversas formas. Un ejemplo es que los docentes de universidades que participan en congresos internacionales y llevarán –a veces lo llevan- ponencias sobre autores locales comenzará a difundirse y conocerse autores locales. Seguro que no vende el libro, pero seguro que lo hace conocer al autor. No hay forma más que la institucional para hacer conocer ediciones. Lo ideal también podría ser reunirse tres o cuatro provincias por región y se organizan con un centro de distribución en Buenos Aires, dónde los exiliados de estas provincias puedan encontrar su producción, pero esto no se hizo nunca. NOA hizo buenas ediciones, pero si no la ubican en Buenos Aires no tiene distribución nacional. Sólo esto no camina, Catamarca sola no funciona, tiene que unirse.
