Pero la verdad que son solo números, datos que no terminan de reflejar lo mal que manejamos en Catamarca, principalmente en el Valle Central, donde se concentran prácticamente todos los hechos fatales.
¿Entonces por dónde se deben buscar las explicaciones, y dónde pueden estar las soluciones?
En primer término, nuestra mala o nula educación vial, que nos lleva a cometer las mas insólitas tonterías en la vía pública. Esta es la raíz de un problema que tiene solución, y que debe buscarse en las escuelas, en el hogar y en la convivencia diaria.
Las medidas no solo deben llegar a quienes manejan un auto, una moto, o cualquier vehículo, los peatones son en muchos casos parte del problema, y como tal deben serlo de las soluciones.
Aprender que la calle no debe ser tierra de nadie, es quizá el primer paso para superar esta “crisis” del tránsito en la ciudad.
Catamarca es un lugar chico, pero está abarrotado de vehículos, fundamentalmente motos de pequeña cilindrada, pero de gran aceleración.
El poco apego al uso del caso protector, el no respetar los límites de velocidad, las señales y semáforos, cruzar por lugares indebidos, pretender llegar primero a todos lados, y... estacionarse justo frente al lugar a donde vamos, a pesar de que esté prohibido, son solo algunas de las conductas que vemos a diario, y que lamentablemente hasta nos parecen de lo mas naturales.
Y ello sin mencionar el alcohol como causa de la gran mayoría de los hechos que terminan en tragedia.
El carnet de conductor no es una garantía de buena conducción, pero al menos afirma que, en algunos casos, uno se ha tomado el trabajo de estudiar las normas vigentes para aprobar un examen.
Hace unos días, la asesora del Consejo Provincial de Seguridad Vial, Cristina Véliz, hacía referencia a la urgente necesidad de incorporar la educación vial como materia en las escuelas del nivel EGB, como una forma de
preparar a los futuros conductores, para que el día de mañana esta ciudad sea un lugar donde se pueda circular con tranquilidad, pero por ahora solo es una utopía lejana.