Este miércoles, el ex superintendente de Servicios de Salud (SSS) se presentó ante la Justicia y negó haber cometido irregularidades en la tramitación de unos 48 millones de pesos destinados a financiar programas preventivos médicos de 52 obras sociales y en el manejo de la “caja chica” del organismo.
Capaccioli aseguró que la SSS tenía “facultades” para impulsar los programas preventivos, para lo cual contaba “con el aval de decisiones administrativas firmadas por la Jefatura de Gabinete y los Ministerio de Economía y Salud”.
Según explicación de Capaccioli, los programas preventivos “formaban parte de un plan quinquenal y era una obligación para preservar la salud de la población”. Sin embargo, la “la nueva administración de la SSS le dio de baja inexplicablemente”, dijo en alusión a su sucesor Carlos Rinaldi, impulsado por la ex ministra Graciela Ocaña.
Después de la feria judicial de enero, Oyarbide deberá decidir si procesa a Capaccioli, quien en las últimas horas aseguró que Rinaldi entendió que la SSS “como ente de supervisión, fiscalización y control de los Agentes que integran el Sistema Nacional del Seguro de Salud no es el organismo encargado de subsidiar”.
En cuanto a los gastos de “caja chica”, la Justicia le objetó el pago de regalos y homenajes de más de mil pesos. En su declaración, Capaccioli sostuvo que dicha caja correspondía a gastos menores de 500 pesos y que los regalos eran destinados generalmente a delegaciones extranjeras, lo que era una “costumbre y cuestión protocolar”.
Por otro lado, se postergó hasta nuevo aviso la indagatoria -que estaba prevista el miércoles- del gerente general de la SSS, Néstor Vázquez, el ideólogo del sistema de obras sociales. (26 Noticias)