Se trata de la joven asesinada en La Banda, cuya novena se cumplió ayer.
Por el hecho, la Justicia mantiene detenido a Juan Ramón Páez, ex novio de Patricia, quien cuatro semanas atrás se había fugado del Diego Alcorta.
Luego del asesinato, la familia de Patricia dejó en custodia sus restos en un depósito del cementerio La Misericordia,
Veinticuatro horas después, ésta descubrió que alguien había irrumpido en el depósito, abierto la tapa de madera y arrojado al piso las coronas de flores.
Seguridad
Para evitar sorpresas en el futuro, la Justicia asignó seguridad de policías de las seccionales 12 y 13.
Una semana después, volvieron a profanar el féretro de Patricia.
Lo descubrieron sus padres, primos, hermanos y vecinos, cerca de las 15.
En diálogo con EL LIBERAL, revelaron que al ingresar al depósito “descubrimos que en el cajón habían escrito leyendas obscenas. Insultos a su memoria”, señalaron las primas.
“La madre de Patricia, Teresa Sabán, “había estado en el cementerio el sábado y el féretro no tenía nada. Seguro ocurrió entre el domingo y este martes”, señalaron las jóvenes.
Conmoción
Superada la desazón, los padres de la malograda jovencita condujeron el féretro hacia un nicho.
Allí, hubo oraciones y palabras de evidente sensibilidad y no menos tristeza.
Posteriormente, la familia habría interpuesto la denuncia en una comisaría, exhortando a mayor seguridad también en el nicho en que descansa Patricia.
En la noche, cerca de las 21 hubo una misa en la capilla de Pompeya, en el barrio Villa Gambetti.
Asistieron familiares, vecinos y amigos de Patricia González.
La joven vivía en calle Chile al 800. Adquirió notoriedad al ser hallada degollada en calle Mármol al 1000.
Por su asesinato, hoy el único acusado es Páez, quien permaneció prófugo varios días, hasta entregarse en un templo evangélico.
Fuente: elliberal.com.ar