En dirección al este circulaba un automóvil Peugeot 504, conducido por Pablo Federico Pirro, quien iba acompañado por su esposa y una hija de corta edad.
Frente al supermercado, Pirro detuvo la marcha para que su esposa baje a retirar dinero de un cajero, y luego él fue a ayudarla, dejando sola a la menor.
De repente el auto se puso en movimiento y comenzó a tomar velocidad cuesta abajo, e incluso se cruzó al carril contrario, se subió a la vereda y embistió la puerta de un kiosco, provocando solamente daños materiales.
La niña afortunadamente salió ilesa.