El fiscal de delitos complejos, Santiago Garay, imputó a los dos últimos detenidos por el delito de torturas, con lo cual ya son cuatro los agentes sometidos a proceso por esa imputación, mientras otros dos fueron imputados por omisión de denuncia y un séptimo por vejaciones.
Las fuentes señalaron que la policía localizó en la tarde de ayer a uno de los que se encontraba prófugo, mientras por la noche se entregó el séptimo involucrado en los videos aportados a la justicia como parte de la denuncia de la organización de derechos humanos Xumek.
Los siete agentes imputados quedaron alojados en los calabozos del Palacio Policial a disposición de la justicia.
Por otra parte, los dos internos que aparecen en las imagenes cuando reciben golpes por parte de los guardiacárles fueron identificados y declararon ante la justicia.
Uno de los reclusos que sufrió la golpiza tiene 19 años y declaró ante la justicia federal dado que cumple condena en una causa por tenencia de drogas, mientras el otro es mayor y prestó declaración ante el fiscal Garay.
El joven que en las filmaciones fue grabado cuando estaba tendido en el piso con las manos atadas a la espalda mientras era atacado por penitenciarios aseguró a la justicia que fueron tres las golpizas que recibió esa noche y que en la enfermería de la unidad penal, certificaron que no tenía heridas.
Según la declaración del joven, publicada hoy por el diario Uno, los incidentes comenzaron porque se quejó ante autoridades de requisas por el maltrato de un guardia que durante la mañana había roto los anteojos de su madre que lo visitó.
"Comencé a llamar a los gritos al jefe de requisa, al suboficial Mendoza, y le dije que cómo podía ser que me habían roto los lentes de mi mamá, lo puteo y él me putea a mí y se va. A la noche cayeron el resto de los guardias y me dieron durante 1 hora", añadió.
De acuerdo con la publicación, el joven sostuvo que primero le pegaron "en la celda. El encargado de celda nos dijo que nos pusiéramos contra la pared a mi y a los otros dos que estaban conmigo. Nos agarró de la nuca y nos golpeaba la cabeza contra la pared a los tres por igual".
"Yo no aguanté más la golpiza y me di vuelta para que no me pegaran más. Me agarraron de los testículos y me llevaron a mí solo a la garita de los jefes", agregó.
Después de eso, continuó, "me llevaron a Sanidad para ver si tenía marcas. En ese momento no se veían las lesiones pero el enfermero que me revisó no tenía ganas ni de verme. Apenas me levantó la remera".
"Ellos querían sacar el certificado de que yo no tenía nada", acotó.
El joven relató que luego volvieron a la garita "del pabellón 10D, el de aislamiento. Ahí el encargado se sacó el cinto y me dijo que me iba a matar".
"Me ataron y empezaron a pegarme (tal cual las imagenes que se ven en el video). No sabía que me filmaban pero supe después que al oficial del teléfono le sacaron el celular en otro pabellón, no sé quién fue", dijo.
El joven fue trasladado en las últimas horas desde el penal de San Felipe hasta la Unidad Penal 32, alcaldía de los Tribunales Federales, para preservar su integridad física.
El procurador penitenciario de la Nación, Francisco Mugnolo, quien viajó a Mendoza tras la denuncia del caso, señaló que "es común este tipo de torturas en todo el país en distinto grado".
Sin embargo, aclaró que si bien "el sistema penitenciario no da los resultados que uno espera", también hay que "destacar que hay buenos profesionales penitenciarios y otros que actúan con este tipo de perversidad". (Télam)