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Jueves 28 de Marzo de 2024
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FINAL

Brasil pentacampeón, el "más grande del mundo"

Brasil alcanzó su quinto título del mundo, alcanzó el primer campeonato del Tercer Milenio y ratificó que en el fútbol es "el más grande" a través de los siglos, porque usa los pies y el cerebro para superar a otros, como su vencido de hoy por 2 a 0, Alemania, que emplean la potencia física y el alma.
Yokohama, Japón, 1 de Julio (Télam).- Brasil alcanzó su quinto título del mundo, alcanzó el primer campeonato del Tercer Milenio y ratificó que en el fútbol es "el más grande" a través de los siglos, porque usa los pies y el cerebro para superar a otros, como su vencido de hoy por 2 a 0, Alemania, que emplean la potencia física y el alma.

Lo que también utilizaron los brasileños para asirse a este logro fue el corazón de algunos hombres como, por ejemplo, su figura y goleador, Ronaldo, autor de ambas conquistas a los 22 y 33 minutos del segundo tiempo.

El delantero que sufrió una amarga decepción y quedó en el ojo de la tormenta después de la perdida final del mundial anterior a manos de Francia, superó una dolorosa lesión que parecía poner final a su carrera prematuramente y se constituyó en el máximo anotador del certamen, consagrándose además como el mejor jugador.
Además y por su fuera poco, alcanzó las 12 anotaciones mundialistas que lo equipararon nada menos que con el "inalcanzable" Edson Arantes do Nascimento, Pelé.
Como "O Rei", hoy Ronaldo se transformó en un emblema histórico para sus connacionales cada vez que recuerden esta conquista que los llevó a convertirse en los más ganadores de la historia.
Cinco títulos en 17 mundiales con siete finales jugadas, la misma cantidad que los alemanes, que se llevaron tres, pero que tendrán la oportunidad de incrementar en 2006, cuando sean anfitriones de la decomoctava versión ecuménica.
Porque hoy se les escapó una gran oportunidad, ya que lo observado en el primer tiempo del partido final jugado en el imponente estadio japonés de Yokohama les permitía tener sobradas ilusiones como para alcanzar el tetracampeonato.
Y esto fue así más allá de que las mejores oportunidades de abrir el marcador estuvieran aposentadas en los caros botines de los jugadores brasileños.
Y vale un breve "racconto" de esas chances para mostrar por qué Brasil ya podía empezar a quedarse con todo en la red durante los 45" iniciales, cuando en los 110 por 70 metros restantes eso no se justificaba.

A los 18" una magnífica habilitación de Ronaldinho Gaúcho a Romaldo dejó al goleador del mundial cara a cara con el mejor arquero, Oliver Khan, pero el sutil toque de zurda del brasileño se perdió lánguidamente junto al poste derecho.
El delantero del Inter italiano iba a tener dos opciones más antes que se extinguiera el primer tiempo, pero en ambas iba a sucumbir ante los reflejos de Kahn y sus propias dificultades físicas, esas que lo muestran dolorido y quejoso al cabo de cada jugada friccionada.
Las otras dos posibilidades netas para los dirigidos por Luiz Felipe Scolari pasaron por su mejor acierto táctico del mundial,el volante Kléberson, primero rematando de zurda apenas desviado y después haciendo saltar gotitas de agua al travesaño con un magnífico derechazo combado.
Todas estas acciones sumadas darían para pensar en una inmerecida paridad al final del período inicial, pero a la luz de lo desarrollado por ambos conjuntos durante ese lapso, esto no fue tan así.
Es que los germanos, después de escasos diez minutos en los que se vieron superados por los circuitos futbolísticos que parecían querer funcionar a pleno en los especiales pies de Rivaldo y Ronaldinho Gaúcho, pasaron a la acción de la mano de Oliver Neuville, quien tomó la posta conductiva dejada por el suspendido Michael Ballack.

Y la máquina teutona funciónó entonces como nunca antes en este certamen, con Torsten Frings subiendo por el lateral derecho como un Cafú blanco, el limitado polaco Miroslav Klose complicando con su pundonor y Dietmar Hamman convirtiéndose en el que intentaba quebrar a Marcos con disparos de media y larga distancia.
Por eso las acciones finales de la primera etapa dejaron una imagen deformada de lo que fue el desarrollo global de los 45 minutos, aunque en el fútbol existan verdades acuñadas en el tiempo que consideren a los más dotados como argumentos suficientes para justificar resultados con sus apariciones "divinas".
Porque estos serán entonces los que se utilizarán para justificar el título del mundo alcanzado hoy por los brasileños, ya que la última gran victoria, esa que lo llevaría al pentacampeonato con siete triunfos en la misma cantidad de presentaciones, se concretó precisamente por obra de Rivaldo y gracia de Ronaldo.
Es que en ese estado estuvo el atacante brasileño en este mundial, en el que alcanzó las ocho conquistas que superaron las siete del polaco Gregorz Lato en Alemania 1974.
Porque en estos goles que ya son historia grande, enorme, planetaria, Ronaldo tuvo la fortuna de estar, para el primero, justo al lado de Kahn cuando cometió su único error del mundial, dando un increíble rebote tras un zurdazo desde fuera del área de Rivaldo.
Y después, como para ratificar que su grandeza futbolística está por encima de las lesiones y que la voluntad todo lo puede, definió desde el borde del área con un magnífico derechazo rasante que se filtró junto al poste izquierdo del ex invulnerable arquero Alémán, que recibió con los de hoy apenas tres tantos que igualmente no le impidieron ser calificado como el mejor del certamen.

Pero como también está escrito con letra indeleble en la historia abstracta del fútbol universal, de los segundos "nadie se acuerda", y seguramente con el tiempo, con el devenir de este suglo XXI todavía en pañales, la memoria colectiva le apuntará a Brasil y a Ronaldo. Y a poco más.

Porque no fue demasiado, salvo esto, lo que dejó esta Copa del Mundo asiática, en la que el técnico Scolari logró reivindicarse ante la "torcida" brasileña, después de los duros golpes de la crítica de su país por la pobre tarea cumplida en las eliminatorias sudamericanas.
Así, con algunas dosis de su fútbol de proverbial riqueza, algunas pinceladas del talento que sigue abriendo el crédito a futuro de jugadores como Ronaldinho Gaúcho y la solvencia de un arquero como Marcos, que lució en un puesto donde nunca tuvo buenos exponentes, Brasil se quedó con lo que hace 30 días soñaba Argentina.
Por eso aquí en la plateas del Yokohama Stadium la presencia de Diego Maradona "sufriendo" todavía por lo que no pudo ser para los argentinos, contrastó con la de un exultante Pelé, su máximo competidor "cibernético", festejando dentro del campo de juego un nuevo éxito del "scratch".
La "verdeamarelha" volvió a flamear en los más alto, a monolizar la gloria y el éxito.
No hubo ni lluvia como la que cayó hoy sobre la capital japonesa, ni pelotazos en los palos como el de Neuville en la búsqueda del empate, ni algunas actuaciones de medio tono como la de Rivaldo de hoy, que impidieran que, como siempre en el fútbol, la alegría fuera toda brasileña.
Y si el fútbol es como la vida, que Brasil sea el más campeón del mundo sigue siendo una razón de estricta justicia.

- Síntesis -

Alemania: Oliver Kahn (1); Torsten Frings (22), Thomas Linke (2), Carsten Ramelow (5) y Christoph Metzelder (21); Bernd Schneider (19), Jens Jeremies (16), Dietmar Hamann (8) y Marco Bode (17); Miroslav Klose (11) y Oliver Neuville (7). DT: Rudi Voeller.
Brasil: Marcos (1); Lúcio (3), Roque Júnior (4) y Edmílson (5); Cafú (2), Kléberson (15), Gilberto Silva (8) y Roberto Carlos (6); Rivaldo (10); Ronaldinho Gaúcho (11) y Ronaldo (9). DT: Luiz Felipe Scolari.

Gol en el segundo tiempo: 22" y 33" Ronaldo (B).
Cambios en el segundo tiempo: 28" Oliver Bierhoff (20) por Klose (A), 32" Gerald Asamoah (14) por Jeremies (A), 38" Christian Ziege (7) por Bode (A), 39" Juninho Paulista (19) por Ronaldinho Gaúcho (B) y 44" Denilson (17) por Ronaldo (B).
Amonestados: Roque Junior (B) y Klose (A).

Cancha: Estadio Nacional de Yokohama.
Espectadores: 72.370.
Arbitro: Pierluigi Collina (Italia). (Télam).

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