“Los ocupados que buscan activamente otro empleo también subieron de 16 a 18,3%. En total, entonces, quienes no tienen ningún empleo y los que lo tienen pero no están satisfechos suman un 38,1% de la población económicamente activa. En igual período de 2018 totalizaban un 33,3%”, continúa.
“En el extremo opuesto, se redujo la población que trabaja más de 45 horas semanales del 26,4 al 24,7%, debido a que la recesión habría llevado a achicar la jornada laboral de una parte de quienes aparecían en este segmento”, agrega.
“Si sumamos a quienes están subocupados, a los que quieren cambiar de empleo y a quienes trabajan por encima de la jornada laboral normal se concluye que un 58% de la oferta laboral enfrenta algún tipo de problema de empleo. Son unos 14 millones de personas”, subraya Beker.
No obstante, el economista señala que la situación en materia de desocupación alcanza incluso niveles más complejos para determinados segmentos de la población. “La tasa para las mujeres de hasta 29 años de edad alcanza al 23,4%, más del doble de la tasa general. Para los varones en igual nivel etario, el desempleo trepa al 18,6%”, detalla.
Beker también llama la atención sobre el peso del desempleo de larga duración: “El 36,2% de los desocupados lleva más de un año en la búsqueda de empleo y un 22,2% declara no haber tenido nunca un empleo o haberlo tenido hace más de 3 años”.
“La mayor rama de actividad de la cual provienen los desocupados es la construcción, que representan un 22% del total”, puntualiza el director del CENE. Y completa: “A escala regional, el Gran Buenos Aires detenta la mayor tasa de desempleo, con un 11,9%”.