El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, firmó durante la tarde la resolución que pone en vigencia la Ley de Abastecimiento para obligar a la petrolera Shell a que de marcha atrás con el aumento en sus combustibles, impuesto el lunes.
Con la aplicación de la ley 20.680, que será publicada este miércoles en el Boletín Oficial, el Gobierno logra que Shell no pueda cobrar los aumentos de entre el 2 y el 3,6 por ciento en sus productos, dispuesto por un "incremento en sus costos" de producción.
El ministro de Economía, Amado Boudou, había advertido que la petrolera angloholandesa iba a tener que dejar sin efecto el reciente aumento y aseguró: "No es la primera vez que Shell hace esto y estamos saliendo muy fuerte a pararlo".
Ante una situación similar en agosto de 2010, la administración de Cristina Kirchner forzó a la empresa a retrotraer los precios de los combustibles a valores vigentes al 31 de julio anterior.
Sobre la mecánica de actualización de los precios de los combustibles, Boudou explicó: "Las empresas van teniendo listas de precios que la pasan por la Secretaría de Comercio y en este caso nosotros no las autorizamos. No hay ninguna posibilidad de que suban".
Por su parte, el titular de Planificación, Julio De Vido, se enojó con Shell por los nuevos ajustes y le pidió a los usuarios de combustibles que "vayan a cargar a YPF", en un claro pedido de boicot contra la petrolera angloholandesa.
Los nuevos precios sugeridos por Shell para el litro iban de 4,899 a 4,999 pesos en el caso de la Nafta V-Power; de 4,149 a 4,299 en la Súper; de 4,499 a 4,609 en la V-Power Diesel; y de 3,789 a 3,899 pesos en la Fórmula Diesel.
Tras los ajustes Shell, el ministro de Planificación aseguró que estos tienen "una clara intencionalidad política" y apuntó por ello contra el presidente de la compañía, Juan José Aranguren.
El ministro sostuvo que Aranguren "más que un gerente de una compañía extranjera parece un referente de la oposición política", por los numerosos aumentos que aplica la petrolera en cortos períodos de tiempo.
"Recién estuve hablando con el ministro Boudou del tema. Este es un manejo político que hace la compañía del costo del combustible", sostuvo De Vido.
De Vido sorprendió al pedir a los usuarios que "vayan a cargar en YPF, por ejemplo, no van a tener el problema de este aumento, producto de una clara intencionalidad política de Aranguren que ya sabemos de qué manera opina, juega y cuál es su posición política".
Shell es la segunda empresa de combustibles de la Argentina con un 15 por ciento del mercado, muy lejos de la líder, YPF, que abastece el 57 por ciento, mientras que ESSO y Petrobras se reparten el resto del mercado, según datos del sector.
Tras los aumentos de la angloholandesa, YPF y Petrobras monitoreaban con atención los precios de los combustibles para que
sus valores no quedaran desfasados en el mercado, aunque este
lunes no decidieron ningún ajuste de sus tarifas, aunque ahora
tampoco podrán aplicar ajustes porque se los impide la Ley de
Abastecimeinto.
Desde la empresa YPF dijeron que "hoy por hoy" la compañía no ha decidido aplicar nuevos aumentos de precios en sus productos, pero reconocieron que siguen
los valores de sus competidoras.
"Hoy por hoy no tenemos previsto un aumento de precios. Pero
como siempre, estamos monitoreando los precios de las competidores
(Shell, Esso y Petrobras)", dijeron fuentes de la empresa que preside Sebastián Eskenazy.
A su vez, desde la empresa Petrobras señalaron a esta agencia que "no hay novedades al respecto", sobre un posible aumento que afecte a todo el cuadro de precios de la compañía en las próximas horas.
"Por ahora la empresa, no hizo modificaciones en sus cuadros tarifarios. Y no hay novedades", dijo la fuente consultada por esta agencia. (Cadena 3)