La indexación, eliminada por el Plan Austral, tuvo en su momento una marcha atrás por vía de la aplicación del desagio que, en la práctica, operó sobre los contratos prexistentes como una contraindexación, por medio de una tabla que retrotraía los precios pactados teniendo en cuenta que sobre los mismos se había aplicado, a priori, un ajuste relacionado con la inflación esperada.
Esta marcha atrás tuvo que ver con la necesidad de romper con la inflación inercial que como bola de nieve amenazaba con destruir todas las reglas de juego de la economía argentina y con llegar a un fenómeno hiperinflacionario que, de todas maneras, se produjo cuatro años después, sobre el fin del gobierno de Raúl Alfonsín con un rebrote registrado en los inicios de la administración de Carlos Menem. ( Télam)