Hoy, con datos ampliados al resto de las jurisdicciones, se pudo comprobar que si bien en general se asistió en los últimos doce meses a una disminución de la tasa de desempleo, en cinco de los 26 grandes aglomerados no sólo se quebró la tendencia descendente de ese mal, sino que por el contrario se detectaron aumentos.
En algunos casos, como los de Río Gallegos y Rawson-Trelew, la suba fue moderada, entre 0,3 y 0,4 punto porcentual (pp), a un nivel todavía de cuasi pleno empleo de 2,4% de la oferta de trabajadores en la capital de la Provincia de Santa Cruz, y aun relativamente alto registro de 8% de la población económicamente activa (PEA) en el de la capital de la provincia de Chubut.
En otros, como el de Gran Paraná la suba fue de 0,6 pp, a 5,8% de la PEA, y más aún en el de Gran Resistencia, 0,9 pp, mientras que el salto más notable fue el correspondiente a Gran Mendoza con 2,1 pp, a 5,8% de la PEA, siempre respecto de los registros del tercer trimestre de 2006, cuando todavía el impulso de la actividad económica no estaba erosionado por la aceleración de la inflación y en menor medida, por las turbulencias financieras originadas en los mercados inmobiliarios de los EEUU y Europa.
Diversas regiones con tasas de dos dígitos
Si bien la parcialidad de los datos y la devaluación que sufre el organismo oficial de estadística impiden hacer un análisis fino que quede exento de las críticas negativas de muchos agentes económicos, posibilitan todavía detectar algunas señales que no parecen lejanas de la realidad.
En primer lugar la notable fragmentación de la Argentina, con regiones que conviven con tasas de desempleo cercanas al pleno empleo, entendida como una proporción de la oferta laboral (PEA) inferior a 5%, con otras que están en una situación intermedia más alta, pero dentro del rango de un dígito y un tercer segmento, aislado, pero con elevada población, que todavía se mantiene en los dos dígitos.
Por debajo del 5% de la PEA se cuentan, según el INDEC, solamente los grandes aglomerados de San Luis 1,3%, Río Gallegos 2,4%, Posadas 3,2% y Formosa 3,1%. Sin embargo, cabe notar que mientras en los tres primeros los que buscan empleos y los que los tienen, representan en conjunto más de 40% de la población, en el restante apenas llega a 36,4%, es decir que en este aglomerado la reducida tasa de desocupados es más el efecto de la falta de búsqueda de un trabajo por las escasas probabilidades de obtenerlo, que por el fenómeno inverso.
En el otro extremo, se ubica el gran aglomerado de Rosario, con 10,4% y seguramente Mar del Plata-Batán y todavía están arriba del promedio general del 7,3% que estimó el INDEC las grandes poblaciones de Tucumán 8%, Rawson-Trelew 8,0, San Nicolás 8,4%, La Rioja 8,7%, Salta 8,9%, Río IV 8,9% y Catamarca 9,1% de la PEA.
En segundo lugar, que pese a acumular el PBI cinco años de crecimiento con tasas en torno a 9% anual, aún persisten varios bolsones de desocupados que difícilmente puedan superar esa instancia si no se alientan programas de inversión productiva y de servicios, no sólo con revisión de las cargas impositivas y de reorientación del crédito, sino también con señales de precios, que justifique la asunción de riesgos con maduración en el largo plazo.
También se advierte que en un tercio de las regiones urbanas la oferta de trabajadores se ubica por debajo del 40% de la población total, con mínimos de 35,1% en Gran Resistencia y 36,4% en Formosa, que contrastan con proporciones mayores al 45% que alcanzaron Gran Córdoba, Gran Rosario, Viedma y Río Gallegos, lo que explica la preocupación del nuevo Gobierno para lograr avances en la inclusión social.
Infobae.