Gillard, que se había convertido en la primera mujer en dirigir el Ejecutivo australiano tras arrebatar justamente a Rudd
el liderazgo del partido hace tres años, había convocado la consulta para resolver las tensiones en el partido de cara a las
próximas elecciones parlamentarias en septiembre próximo.
En esa votación, el nuevo líder del laborismo se impuso por 57 votos a 45.
A partir de ahora, Rudd deberá demostrar la capacidad de construir una mayoría en el Parlamento, si pretende ser nombrado
Primer Ministro ante la gobernadora general de Australia, Quentin Bryce.
La maniobra, propia de los sistemas parlamentarios, e idéntica a la que colocó a Julia Gillard al frente del gobierno
australiano, se produce en momentos en que las encuestas de opinión revelan un alto crecimiento del candidato conservador, Tony Abbot.
Algunos medios australianos, como The Australian, aventuran la hipótesis que, de ser nombrado Primer Ministro, Rudd adelantaría los comicios para el próximo 24 de agosto.
Fuente: Télam