La policía, que desplegó un gran cordón a un kilómetro del estadio, estimó en alrededor de 4.000 la cantidad inicial de manifestantes, pero esperaba que con el correr de la tarde aumentaran hasta unos 20.000.
Antes de que comenzara esa marcha, unas 40 personas tomaron durante cerca de una hora el terreno donde se construye la nueva sede de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), también en Río de Janeiro.
Ambas protestas fueron convocadas por varios de los movimientos sociales que desde hace tres semanas protestan en las calles de Brasil para reclamar mejores servicios públicos y rechazar el gasto estatal en la organización de la Copa Confederaciones y el mundial de fútbol del año próximo, entre otras reivindicaciones.
Para garantizar la seguridad en la zona del estadio, donde se esperaba la afluencia de 70.000 espectadores, las autoridades movilizaron a 10.600 policías y 7.400 militares, el doble de la cantidad de efectivos que habitualmente patrullan Río de Janeiro y la vecina Niterói.
Fuente: Télam