1. Jugos de fruta
El café con leche y las medialunas hacen una buena dupla para el desayuno, a menos que se pronostiquen 30 grados de temperatura. En ese caso, conviene cambiar por jugos o licuados de fruta con leche descremada o agua, que ayudan a mantener la hidratación. Podés sumar tostadas de pan integral con mermelada y queso untable, o un yogur descremado con cereales, para un desayuno energético, con vitaminas y minerales.
2. Ensaladas de hortalizas
Los alimentos con alto valor calórico disparan la temperatura corporal, así que siempre conviene optar por las ensaladas frescas, preferentemente, de hortalizas. Aportan agua, vitaminas, minerales, antioxidantes y fitoquímicos. “Es conveniente consumir hortalizas de varios colores, tanto en el almuerzo como en la cena. En una comida se pueden combinar con una porción de carne blanca o roja magra, y en la otra, con cereales integrales o legumbres”, sugiere Terragni.
3. Pescados de mar
El pescado de mar es ideal para el verano. A diferencia de otras carnes, se digiere fácilmente, contiene menos calorías y, sobre todo, posee ácidos grasos omega 3, que contribuyen en la disminución del colesterol LDL (el malo) y ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares. Prepáralo a la plancha o a la parrilla y combinalo con vegetales. El atún, el salmón, el abadejo, la merluza y el lenguado, son los recomendados.
Fuente: minutouno.com.ar