La hepatitis B, es una inflamación del hígado causada por un virus, se transmite a través del contacto con la sangre, por relaciones sexuales no protegidas, por medio de la madre infectada al hijo durante el embarazo o por uso de drogas endovenosas, entre otras.
La edad en que se contrae la enfermedad aguda determina el riesgo de progresión a enfermedad crónica, es decir, a menor edad, mayor riesgo de adquirir la infección y que tenga evolución crónica. Al prolongarse en el tiempo, ésta puede provocar daños en el hígado (cirrosis) o cáncer de hígado.
Argentina está considerada como un país con endemicidad baja (menor al 2% de incidencia). Sin embargo, la distribución de casos no es homogénea: es mayor en centros urbanos (especialmente en algunos grupos, como los hombres que tienen sexo con hombres y los usuarios de drogas), que en zonas menos pobladas.
El período de incubación de esta patología es extenso: de uno a cuatro meses. La forma clínica más habitual es la hepatitis aguda, que se resuelve espontáneamente en un período entre 1 a 3 meses. Existen, además, formas asintomáticas que pueden observarse hasta en el 60% de los casos.
Población a vacunar
Para quienes deban vacunarse, se hace saber que no se requiere orden médica para la administración de la misma. Acciones intensivas para captar individuos pertenecientes a grupos en riesgo. Ellos son:
Trabajadores de salud, Hemodializados, Politransfundidos, Hepatopatías crónicas, Personas privadas de la libertad y personal de cárceles, Hombres que tienen sexo con hombres, Heterosexuales con relaciones no monogámicas, Usuarios de drogas endovenosas, Personas viviendo con VIH/SIDA, Convivientes y parejas de portadores de hepatitis B. Por otro lado, se hace saber que como la vacuna contiene Timerosal, NO se recomienda su uso en embarazadas.
Cabe señalar, que para prevenir y tratar estas patologías existen tratamientos efectivos, que son gratuitos en los hospitales públicos; y vacunas contra las hepatitis A y B, que forman parte del Calendario Nacional de Vacunación.