Su testimonio sobre los hechos, referidos prácticamente en su totalidad a lo acontecido durante el asalto al banco entre el 16 y el 17 de setiembre de 1999, y en menor medida a lo que fue la masacre en sí, tuvo que ser interrumpido a media hora de su exposición, por su inocultable congoja.
La declaración se concretó en la quinta jornada del juicio oral, en el que se debate sólo lo ocurrido durante el asalto pero no la represión policial en la que resultaron asesinados los rehenes Chaves y el contador del banco, Carlos Santillán, junto al ladrón Javier Hernández, que será materia de un futuro juicio. (Télam).-