La fiesta, dispar y pacífica, fue absolutamente sanlorencista

Buenos Aires, 15 de junio (Télam).-San Lorenzo concretó en la mañana del Día del Padre el festejo que tanto había soñado para el clásico: despidió con una soberbia goleada a Huracán (4-0) y se constituyó en el monarca absoluto de las cargadas que colorearon un partido desprovisto del carácter violento tan temido.

Desde temprano, el pueblo de Boedo gozó, cantó, gritó y se mofó de los fieles simpatizantes de Huracán, que hidalgamente acompañaron a su descendido equipo de jóvenes en un Nuevo Gasómetro preparado para un festejo polarizado. (Télam)