Se trató de la manifestación más multitudinaria desde las convocadas en 2011 que terminaron derrocando al ex mandatario Zine el Abidine Ben Ali, en lo que se conoció como la primera revuelta popular de la Primavera Arabe.
Los militantes y simpatizantes de la fuerza oficialista Al Nahda, un partido prohibido bajo el régimen autoritario de Ben Ali, eligieron marchar a la plaza Casbah ya que ese fue el mismo escenario de la masivas protestas y el levantamiento popular de 2011.
"Apoyamos la legitimidad del gobierno porque nos importa Túnez y nos importa la democracia, no Al Nahda", explicó Suad Nasri, uno de los tantos jóvenes que marcharon con una bandera tunecina enrollada en su cabeza, según la agencia de noticias Europa Press.
Al Nahda había llamado a sus partidarios a manifestarse para responder a las multitudinarias protestas que habían ocupado el centro de la capital tunecina la semana pasada.
La oposición salió a las calles luego del asesinato de un dirigente opositor, el segundo en menos de seis meses.
Mohamed Brahmi, un político nacionalista panárabe, secularista, democrático y popular, además de un ferviente musulmán, fue acribillado, un crimen que hizo recordar al asesinato en febrero pasado de Chokri Belaid, un dirigente opositor panárabe que se definía como nasserista.
Esto, sumado a la muerte de ocho soldados tunecinos en enfrentamientos con islamistas radicales en una zona limítrofe con Argelia la semana pasada, provocaron la indignación de la oposición.
Desde entonces, militantes opositores salen diaramente a las calles a reclamar la renuncia del gobierno nacional, al que consideran aliado de los grupos islamistas radicales que operan en el país.
Hoy, tras la masiva marcha oficialista de anoche, el primer ministro tunecino, Ali Larayedh, exhortó a todos los grupos políticos a la "calma" y a la "unidad nacional".
Fuente: Télam