Con este antecedente, el lunes, el gobierno tendrá una prueba de fuego cuando intente que el Parlamento italiano apruebe el nuevo presupuesto para 2003, que impone severos recortes en varias áreas como educación y salud para recaudar 20.000 millones de euros y que generó rechazo entre la oposición y aun entre aliados parlamentarios de Berlusconi. (Télam-SNI)