Venezuela es uno de los principales clientes de las empresas españolas que producen material antidisturbios.
La suspensión de las exportaciones es una medida que no se había hecho pública y que España tomó de forma unilateral, sin que haya un embargo internacional a Venezuela.
Entre los 39 muertos por las protestas está el hispano-venezolano Wilder Carballo Amaya, que falleció de un disparo en la cabeza durante una manifestación el 24 de febrero.
Desde el inicio de las protestas fueron detenidos unos 30 españoles, según El País, la mayoría con doble nacionalidad, reseñó la agencia Ansa.
Fuente: Télam