Enfatizó Insulza, en relación a lo que conversó la semana pasada con Micheletti en una reunión secreta en la base militar estadounidense de Palmerola, a 80 kilómetros al norte de Tegucigalpa, que "no estamos intentando imponer el Acuerdo de San José”.
El Acuerdo de San José, negociado por el presidente costarricense, Oscar Arias, exige el retorno del depuesto presidente Manuel Zelaya antes de las elecciones generales del 29 de noviembre y la aplicación de una amnistía para los delitos políticos cometidos desde el golpe de Estado del 28 de junio.
La única condición ineludible en el conflicto hondureño es que el gobierno transitorio tenga "la intención real de un proceso negociador mediante el cual podemos tener una democratización real de Honduras”, explicó Insulza.
"Espero que la negociación que iniciamos el miércoles suministrará esa oportunidad”, añadió. Insulza y una delegación de cancilleres y vicecancilleres del continente viajará mañana a Tegucigalpa, por segunda vez en un mes, para intentar promover una solución negociada al conflicto