A pesar de que el presidente gallego y candidato a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, del PP, tiene los sondeos a su favor, que pronostican una mayoría absoluta (mantendría sus actuales 38 de 75 diputados), podría ser desalojado por una coalición de socialistas y nacionalistas.
La llave del cambio está en la movilización de los indecisos, más del 30%, quienes podrían facilitar el gobierno de coalición, como ocurrió en 2005, cuando desplazaron del poder al fallecido caudillo Manuel Fraga Iribarne.
Rajoy es conciente de la importancia de mantener el poder en Galicia, un feudo tradicional del PP que, en la actual coyuntura política, supondría un tanque de oxígeno.
La cita con las urnas tiene lugar cuando el presidente estudia aún si anuncia o no el pedido de un rescate soberano a la Unión Europea (UE) para aliviar la presión sobre la deuda del país, que los inversores dan por hecho, y que vendría acompañado por más esfuerzos en términos de recortes de gasto.
La profundización de la recesión y el incremento del desempleo, como consecuencia del ajuste, hicieron escalar en los últimos meses el malestar social y Rajoy deberá afrontar ahora su segunda huelga general el próximo 14 de noviembre.
De ahí que el jefe del Ejecutivo pidiera en su tierra natal junto a Feijóo el voto con un discurso apoyado en el sentimiento, en la identificación tradicional entre el PP y Galicia, y sin referencias a políticas concretas.
"Votar a Feijóo y el PP es votar por nuestras raíces, es votar por las señas de identidad de una Galicia, que es el faro de la recuperación de España y tiene los brazos abiertos a Europa", dijo Rajoy en el acto de cierre de campaña en Vigo.
Galicia "necesita un gobierno fuerte, con rumbo firme, que reme en una misma dirección, en coalición con todos los gallegos", añadió.
Además, -pensando en el desafío separatista vasco- puso a Galicia como ejemplo no sólo de "austeridad" económica sino de modelo político. En su opinión, "votar al PP es votar por la Constitución y estatuto de autonomía, por valores que unen a todos los españoles y principios que son iguales en Cataluña, País Vasco, Galicia, La Rioja", dijo.
"Los gallegos estamos convocados a decidir con nuestro voto si Galicia avanza o retrocede. Galicia necesita nuestro votos", insistió.
También el líder del Partido Socialista (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, apeló a la movilización social para desbancar al PP del poder en Galicia, al apoyar al candidato socialista Pachi Vázquez.
"La gran regla de la democracia es el voto. Las grandes ideas sin voto no van a ningún sitio, tampoco la indignación. Ningún hospital se construye con la indiferencia", remarcó.
"Galicia tiene una gran oportunidad, un gobierno puede ignorar una protesta pero no el veredicto de las urnas. Galicia puede decir no a Rajoy, no a los recortes", subrayó.
PP y PSOE se juegan más en Galicia que en el País Vasco, donde los sondeos dan mayoría al Partido Nacionalista Vasco (PNV), que podría recuperar el poder, en manos del socialista Patxi López.
Los comicios vascos van a coincidir con el primer aniversario, desde que la organización separatista ETA comunicó el cese definitivo de su actividad armada, después de más de medio siglo de lucha por la independencia de este norteño territorio de España.
El triunfo del PNV y el fuerte ascenso de la izquierda abertzale (que regresará al parlamento vasco como segunda fuerza política) -quienes pueden llegar a gobernar en coalición- podría convertirse en un grave problema para Rajoy tras el desafío separatista de Cataluña.
El candidato del PNV, Iñigo Urkullu, ya lanzó una advertencia: su "hoja de ruta" es convertir a Euskadi (País Vasco) en "una nación europea", situándose en la línea de Escocia y Cataluña.
Fuente: Télam