Oriunda de la localidad de Corral Quemado en el interior del departamento Belén, Alicia, volvió a la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, por séptima vez, para mostrar lo que sus laboriosas manos hace desde que tenía 5 años.
“Yo estoy ofreciendo gorros, chalecos, guantes medias, zoquetes en lana de llama y de oveja, tejidos en aguja”, comenzaba la charla con la tejedora “belicha” y continuaba contando. “Mi abuela a los cinco años ya nos ponía a tejer; somos diez hermanos, y todos sabemos tejer, a mi abuela no le gustaba que anduviéramos jugando o perdiendo el tiempo y entonces si no estábamos hilando estábamos tejiendo”.
En otro tramo de la charla Alicia nos contó. “Soy de Corral Quemado, ahora tengo 32; esto es una ayuda, porque hay años que se vende y otros que no se vende mucho, pero esperamos que al final de la fiesta se pueda vender algo”.
En cuanto a la valoración que hacen los turistas de su trabajo y al trabajo que este lleva, la tejedora de Belén, dijo: “Esto lleva mucho tiempo poder elaborar un producto como este, nosotros primero tenemos que buscar el material, después tenemos que hilar y después tejer, todo eso lleva su tiempo y su esfuerzo y son prenda que son para toda la vida”.
“La materia prima la consigo mucho más al norte de donde soy yo; Vicuña Pampa, Culampaja y de ahí lo traemos para comenzar a trabajar y a tejer”, nos dijo Alicia.
Como en sus comienzos en el mundo de las artesanías, Alicia pretende que esta tradición continúe con sus cinco hijos a lo que comenta: “mi hijo, tiene 11 años, el hace los pompones, yo quiero que ellos continúen la tradición, yo tengo tres hijos y todos ellos tejen y yo quiero que continúen con esta tradición”.
Además de sus tejidos en llama y oveja, Alicia trajo a esta edición del Poncho otras cosas: “Tengo yuyos de la cordillera, del campo, yerba larga, boldo, yuyo de la puna, son buenos para el mate y hacen bien para la salud, esos los trajimos nosotros”
“También tenemos pelones secos, que sirven para hacer compotas o jugos en el invierno, a la gente de allá le gusta hacer este tipo de cosas y nosotros lo trajimos para mostrarlos, llevan un proceso de secado de dos o tres meses pero son muy buenos para tener y conservar”, finalizaba la charla Alicia Delgado, joven tejedora “belicha”.